Pacto de Asilo e Inmigración: ¡bienvenidos profesionales!
17 de octubre de 2008El Pacto de Asilo e Inmigración ha sido firmado por los líderes de los 27 Estados miembros de la Unión Europea, que acuerdan, de manera voluntaria y no vinculante, que los asuntos que tengan que ver con inmigración legal e ilegal deben ser regulados en conjunto. La decisión última, sin embargo, sigue estando en cada Estado. Entre la necesidad de atraer fuerza laboral hacia el Viejo Continente dada la implosión demográfica y la urgencia de regular y combatir la inmigración ilegal y la criminalidad, surge este Pacto, que no es visto por todos con buenos ojos.
Se necesitan profesionales
A pesar de que la posibilidad de libertad laboral –en teoría, cualquier ciudadano de la UE puede escoger libremente afincarse y trabajar en otro país del “club”-, no todos los países han acabado de abrir sus mercados laborales hacia los países del Este. Uno de los más restrictivos ha sido Alemania. En 2011 se cumple el plazo para abrir completamente su mercado laboral –al que ha protegido temiendo una avalancha de personal no cualificado de los países del Este europeo.
Por otro lado, en Alemania a pesar de haber unos cuatro millones de desempleados, las últimas estadísticas revelan la falta de decenas de miles de ingenieros y profesionales de la informática. Sin embargo, según datos proporcionados por la dirección de Libertad, Seguridad y Justicia de la Comisión Europea, en este momento sólo un 1 por ciento de la población europea se declara dispuesto a dejar su país para laborar en otro del espacio europeo.
Los que sí están dispuestos
Por otro parte, hay miles de personas que quieren llegar al espacio común europeo. Y están dispuestos a hacerlo a toda costa y por cualquier medio. Se trata sobre todo de personal poco cualificado; en ello la Unión Europea se encuentra en clara desventaja con Estados Unidos a donde prefiere emigrar la mayor cantidad de profesionales. Éste es uno de los campos donde pretende ser eficiente este Pacto: atraer a trabajadores altamente cualificados. La blue card europea pretende hacer competencia a la green card estadounidense. La ventaja que ofrecería la azul sería una movilidad laboral para todo el espacio europeo. Claro está, en caso de que los Estados aceptasen esta controvertida propuesta.
¿Y los trabajadores menos cualificados?
Por otro lado, para que los países de origen no pierdan su fuerza laboral capacitada la UE pretende promover la migración circular facilitando contratos laborales temporales. Para el ámbito de la fuerza laboral menos capacitada -como son los miles de africanos que llegan a las costas mediterráneas y que trabajan ilegalmente en condiciones infrahumanas- se prepara también una directiva para trabajadores temporales, seasonal workers.
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Más control dentro y fuera
Son sobre todo los puntos que atañen al combate de la inmigración ilegal lo que ha sido duramente criticado por los países que “exportan” migrantes. Este pacto prevé vuelos conjuntos de repatriación para extranjeros sin papeles en regla, así como el registro de sus datos biométricos y la prohibición de reingreso al espacio común por varios años. Para ello, el sistema común de visado con datos biométricos irá acompañado del registro común de las entradas y salidas del y al continente europeo. FRONTEX (Agencia Europea para la Cooperación en las Fronteras Exteriores) será también reforzada.
¿Y qué sucede con los que se encuentran ya “adentro” y trabajan en las sombras? “Ya no habrá más legalizaciones masivas”, dijo a DW-WORLD un funcionario comunitario en Berlín, “en caso de que se trate de personas que trabajan o, por ejemplo, tenga niños en edad escolar, lo que haremos será revisar los casos individualmente”.
El inmigrante no es criminal
El comisario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria de la UE, Louis Michel, se pronuncia a favor de más acuerdos bilaterales con los países de de procedencia de los migrantes. Éstos podrían ayudar a resolver la falta de mano de obra en ciertas épocas del año y evitar muchos males sociales.
En un artículo publicado en el diario Le Monde, Michel afirma que ese tipo de visas podría ayudar a estructurar la migración en vez de combatirla, pues “ninguna medida represiva detendrá nunca a las personas en su intento por mejorar su situación. La inmigración no es un fenómeno criminal". Sin embargo, lo parece. Que la directiva prevea la reclusión de los migrantes ilegales en campos de acogida y su pronta repatriación, representa para diversas organizaciones que velan por los derechos humanos una violación de las libertades individuales.
Han sido varios los países que se han pronunciado en contra de este mayor apuntalamiento de la “fortaleza europea”. Aduciendo la búsqueda de una mayor transparencia para combatir la criminalidad, la Comisión responde a la crítica con su derecho a decidir a quién quiere permitir la entrada y, sobre todo, a quién no.