El ascenso es más interesante
24 de octubre de 2014Pese a que este fin de semana el partido más llamativo de la Bundesliga enfrenta en duelo directo a los dos primeros de la clasificación, Gladbach contra el Bayern, de antemano se sabe que pase lo que pase los dirigidos por el entrenador Pep Guardiola conservarán el liderato en Alemania. El equipo de Múnich, incluso perdiendo, mantendrá a los rivales a una respetable distancia del primer lugar que ha ocupado durante más de la mitad de la temporada.
En la liga de ascenso, en cambio, el panorama es muy distinto: el torneo que llega ya a su onceava jornada ha registrado seis líderes distintos. Allí la batalla por los puestos de vanguardia en la clasificación ha tenido menos actores de reparto y más protagonistas que en la primera división, por eso vale darle una mirada a sus atractivos.
Magnetismo popular
En la segunda división participan varios de los clubes de mayor tradición de Alemania, entre ellos cinco de los fundadores de la Bundesliga (Kaiserslautern, 1860 Múnich, Núremberg, Karlsruhe y Braunschweig), y algunos de los que fueron los más populares en el oriente del país antes de la reunificación (Erzgebirge Aue y Unión Berlín). Por esta razón no sorprende que los partidos de la categoría se jueguen en estadios con un excelente ambiente que poco tiene qué envidiar a la atmósfera que se encuentra un nivel más arriba, donde está la élite del fútbol alemán.
En la temporada pasada, por ejemplo, el Düsseldorf convocó a más de 33.000 espectadores cada partido, y más de seis clubes registraron asistencias por encima de las 20.000 personas. Además, los estadios donde se juega el ascenso, se cuentan entre los más cómodos y modernos de Alemania, pues fueron construidos o renovados para los Mundiales del 2006 (masculino) o 2011 (femenino).
El Allianz Arena de Múnich, el Esprit Arena de Düsseldorf, el Red Bull Arena de Leipzig o el Estadio Grundig de Núremberg hacen parte de esta categoría. La otra es la de las perlas arquitectónicas que han sido testigos del crecimiento del fútbol alemán, entre ellas el Millerntor del St. Pauli en Hamburgo, el Estadio del Wildpark en Karlsruhe, o el Fritz-Walter del Kaiserslautern. Y claro, tampoco hay que dejar de lado el minusculo Hardtwaldstadion de Sandhausen, donde apenas caben 12.000 personas.
Ídolos propios
La liga de ascenso también cuenta con sus estrellas propias, no en vano al Mundial viajaron cinco jugadores que disputaron la temporada pasada su torneo. Futbolistas bosnios, australianos, japoneses, iraníes y de Costa de Marfil representaron con sus selecciones nacionales en Brasil 2014 a la segunda división alemana.
Actualmente brilla allí el goleador del Bochum Terodde Simmon quien acumula ya ocho goles, dos más que la superestrella Mario Götze del Bayern, líder de la tabla de artilleros de la Bundesliga. Junto a él destacan en sus posiciones el mediocampista Pascal Groß del Ingolstadt, el delantero del RB Leipzig Yussuf Poulsen, el defensor Jonathan Tah del Fortuna Düsseldorf, o el portero Ramazan Ozcan, que en Ingolstadt solo ha encajado 0,6 goles en contra por partido en promedio y suma ya 340 minutos con su valla invicta.
Todos ellos esperan repetir la historia de éxitos que con anterioridad han escrito futbolistas que hoy son estrellas mundiales tras arrancar sus carreras en la liga de ascenso: el brasileño Luiz Gustavo (Hoffenheim), Marco Reus y el campeón del mundo Kevin Großkreutz (ambos en el Rot-Weiß Ahlen) y Lukas Podolski (Colonia), así como los ya legendarios Jürgen Klinsmann, Rudi Völler o Andreas Brehme, que ganaron el Mundial de Italia 1990.
Torneo equilibrado
En la temporada pasada llegaron a la primera división, provenientes de la liga de ascenso, el Colonia, y el Paderborn, que es el equipo del momento en su debut en la Bundesliga. Este año los grandes candidatos a ganar la promoción son Ingolstadt (actual líder), Kaiserslautern (tercero) y RB Leipzig (quinto).
Sin embargo en la carrera por ganar la liga de ascenso Fortuna Düsseldorf, Heidenheim, Darmstadt, Fürth, Bochum y Karlsruhe han decidido dar la pelea. Con apenas nueve puntos de diferencia entre el primero y el décimo de la clasificación, la segunda división ofrece un entretenido y movido campeonato que se convierte en alternativa a la Bundesliga, donde el Bayern no para de aumentar jornada a jornada su ventaja.