¿Pasividad o prudencia?
17 de junio de 2009Grietas en la sociedad iraní
Le Figaro, París: “Con razón podemos acusar a los países democráticos de pasividad y lamentar su falta de espíritu de lucha, en un momento en el que el sistema iraní parece ser sacudido en sus cimientos. Pero esos países deberían estar en condición de presentar una opción creíble y cerciorarse de que un tono más duro no favorezca justamente a los elementos más conservadores del régimen de los mulás. (…) La grieta que se abre en la sociedad iraní dividirá necesariamente también a la élite. Es completamente legítimo influir sobre el debate interno. Pero es importante dar con la tónica adecuada. La gran moderación de la Casa Blanca despierta inquietud en los Estados Unidos entre quienes querrían apoyar más a los demócratas.”
El ocaso de los turbantes
La Repubblica, Roma: “El ocaso de los turbantes. El régimen iraní está dividido, también en lo que se refiere a la aplicación de violencia contra un movimiento al que pertenecen también partes del sistema. Milicias que disparan sobre la gente, como lo hizo el régimen de Sha, derribado por la Revolución, son un shock para el país. Y sobre todo para muchos iraníes que participaron en la Revolución. (…) También los dirigentes políticos saben que el apoyo de los manifestantes al candidato derrotado Musavi no puede ser tratado como un problema de orden público. En todo caso, en los últimos días ha surgido un Irán con un nuevo rostro, resultado o bien de sus propias fuerzas o de enormes manejos en el régimen, de los que el ayatolá Kamenei tiene que haber sabido.”
Punto neurálgico de la diplomacia global
The Independent, Londres: “¿Cómo debe reaccionar el mundo a los sucesos en Irán? El Gobierno de Obama ha actuado hasta ahora en forma sensata, manifestando su preocupación por la violencia y el supuesto fraude electoral, pero sin apoyar hasta ahora a los manifestantes. El programa atómico iraní, su apoyo a los militantes palestinos, sus exportaciones de petróleo y el control de las rutas marinas estratégicas hacen del país un punto neurálgico de la diplomacia global. Los sucesos de los últimos días pueden inducir a los países vecinos y otras potencias a intentar influir sobre ellos a su favor. Es necesario resistir a esa tentación. Éste es el peor de los momentos para querer ejercer influencia sobre Irán.”
PK/dpa
Editor: Enrique López