Perú, el país más mortal en la pandemia del coronavirus
18 de septiembre de 2020El diario alemán Die Welt dedica un artículo a la grave situación en Perú debido al COVID-19 y lo llama “El país más mortal del mundo en la pandemia del coronavirus”: “Al contrario de Brasil, el gobierno de Perú tomó en serio la crisis del coronavirus desde el principio. (…). Pero eso no ayudó en nada. Las medidas no parecían frenar la pandemia ni hacerla más controlable. (…). Los motivos de la escalada de la situación en el país son diversos. Una gran mayoría de los peruanos trabaja en el sector informal de la economía. No pueden quedarse en casa porque, si lo hacen, les falta su ingreso. Además, en los últimos meses apenas se invirtió en el sistema de salud. (…). En Perú había, al comienzo de la pandemia, nada más que 100 camas de terapia intensiva para 32 millones de personas. (…). Perú se concentró desde entonces en poner a disposición una cantidad mayor de camas, en lugar de ampliar la capacidad de los laboratorios de testeo. Es por eso que no se logró interrumpir la cadena de contagios.
Durante el pico de infecciones empezaron a faltar las botellas de oxígeno para los tratamientos. (…). A pesar de las estrictas medidas restrictivas contra el coronavirus, la Policía informó que solo en Lima se hicieron 321 fiestas ilegales. Por otra parte, el gobierno mismo provoca, con medidas bienitencionadas, aglomeraciones de personas. Por ejemplo, el pago de ayudas económicas hizo que se formaran largas colas ante los bancos, ya que solo el 38% de los peruanos posee una cuenta bancaria. El resto debe recoger el dinero personalmente. (…). Las cifras actuales dejan poca esperanza de que la situación en Perú mejore. Solo el sábado (12.09.2020), el Ministerio de Salud informó de otros 6.600 casos de COVID-19 y de 126 muertos. La ministra peruana de Salud, Pilar Mazzetti, prepara a sus connacionales para una situación que se mantendrá así. Perú se encuentra en la etapa final de la pandemia, “y esta etapa solo terminará cuando tengamos una vacuna”, dijo. ¿Pero cuándo llegará esa vacuna? Al resto del mundo también le gustaría saberlo.”
El periódico suizo Neue Zürcher Zeitung publica un artículo analizando la situación del gobierno de Alberto Fernández con el título “El presidente argentino hace un difícil acto de equilibrio”: “Al presidente argentino, Alberto Fernández, no le faltaron palabras contundentes poco después del brote de la pandemia: Argentina estaba ante la elección de proteger la vida o la economía. ´Me decidí por proteger la vida´, dijo en marzo de 2020. Hacía cuatro meses que había asumido el poder, y tuvo que explicar con calma su estrategia de lucha contra el coronavirus. (…). A mediados de marzo impuso una de las cuarentenas más estrictas de la región, cerró las fronteras y canceló vuelos. El apoyo de la población a la estrategia del presidente estaba en un 80%, según la encuestadora Poliarquía. Los observadores quedaron sorprendidos por ese resultado, ya que Fernández fue elegido con un 48% de los votos en octubre de 2019, un resultado que se debió a las reservas del electorado acerca de su mandato, sobre todo, en lo concerniente a su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
(…). Sin embargo, con habilidad diplomática, Fernández logró unir al país, marcado por la polarización. (…). Las luchas entre ambos lados de la grieta parecieron tranquilizarse. El virus era el enemigo común. Sin embargo, siete meses más tarde, poco queda de esa unión. Según Poliarquía, ahora solo un 53% de los argentinos apoya el manejo que hace el presidente de la pandemia. El domingo (13.09.2020), miles de argentinos volvieron a salir a la calle a protestar contra las medidas por el coronavirus, la pésima situación económica, el aumento del desempleo y la pobreza. Se quejan de la falta de un plan de reactivación económica y se muestran preocupados sobre las recientes decisiones políticas del gobierno. (…). Fernández está haciendo un difícil acto de equilibrio ante los distintos frentes, no solo ante la oposición, sino también dentro de su propio partido, lo que se vio a las claras en las últimas semanas.
El matutino alemán Süddeutsche Zeitung comenta las disculpas de la guerrilla colombiana por los secuestros cometidos antes del acuerdo de paz. “La guerrilla se arrepiente de sus actos”, titula: “En un paso sin precedentes, la exguerrilla colombiana FARC pidió perdón a las víctimas de sus secuestros. Las tomas de rehenes fueron un grave error, declararon varios exlíderes de esa organización en un comunicado publicado el lunes (14.09.2020): ´Podemos imaginarnos el profundo dolor y el suplicio de las hijas e hijos de quienes fueron secuestrados por las FARC´. (…). En el escrito, los exlíderes dicen que esos secuestros no solo dejaron heridas en el alma de las víctimas, sino que, al mismo tiempo, dañaron la credibilidad y la legitimidad de la guerrilla.
En 2016, la mayor organización guerrillera de Colombia firmó un acuerdo de paz con el gobierno, luego de varios años de difíciles negociaciones. (…). Se prevé una amplia amnistía para los guerrilleros que confiesen y se arrepientan. Sin embargo, muchos colombianos rechazan esa amnistía. Quieren que los exguerrilleros y la cúpula de las FARC sean castigados por sus crímenes. Por otro lado, no todos los combatientes han depuesto sus armas. Algunos pasaron a la clandestinidad, supuestamente, luego de haber sido atacados por grupos paramilitares de derecha, y se financiarían, sobre todo, con dinero producto de extorsiones y narcotráfico, compitiendo con el crimen organizado. (…). A cuatro años de la firma del acuerdo de paz, Colombia se hunde una vez más en una espiral de violencia: cerca de 100 activistas de derechos humanos fueron asesinados este año en ese país. Y la agencia de la ONU para los Derechos Humanos registró tres masacres en lo que va de 2020. Las víctimas son, en su mayoría, jóvenes.” (ers)