Picasso despliega su intimidad en Berlín
30 de septiembre de 2005España se ha apoderado en estos meses del corazón cultural de Berlín. Más de 200 mil personas han acudido a la exposición de Goya que durante 11 semanas ha ofrecido la primera gran retrospectiva del maestro español presentada en el ámbito de habla alemana. La muestra ya se acerca a su fin y, en vista de la enorme afluencia de público, a estas alturas mantiene abiertas sus puertas hasta las 3 de la mañana. Y mientras la gente sigue peregrinando para contemplar sus obras, otra exposición promete convertirse en un nuevo imán para el público de la capital germana: "Pablo. El Picasso privado".
Diario de vida
Siempre hay obras de las que un artista no logra desprenderse. Son piezas que calaron hondo en su corazón, ya sea porque están plasmados en ellas seres queridos, o bien porque resultaron claves en el desarrollo de su obra. "De vez en cuando uno pinta un cuadro con el que parece abrirse una puerta, y se convierte en punto de partida para otros cuadros. Por lo general uno no quiere separarse de esos cuadros", dijo una vez Picasso a una de sus mujeres, Francoise Gilot. Al morir, el 8 de abril de 1973, dejó pues una amplia colección privada, que fue a parar luego a manos del Estado francés, en pago por los impuestos de herencia. Ese fue el origen del Museo Picasso, que abrió sus puertas en París en 1985.
Con motivo de sus 20 años de existencia, el Museo Picasso ha llevado a Berlín esta muestra, con 90 óleos y esculturas y cerca de 80 dibujos. Se trata de una especie de "diario de vida" pictórico del maestro malagueño, que documenta sus distintos períodos, desde las primeras pinceladas dadas en Málaga hasta sus años de madurez transcurridos en París y el sur de Francia.
Abanico hispánico
En Berlín se despliega, en consecuencia, un abanico lleno de matices, que permite seguir el desarrollo del pintor paso a paso, aunque falten algunas piezas claves, como "Les Demoiselles d'Avignon". La muestra incluye ejemplares del período azul, de los motivos circenses del período rosa, de su evolución al cubismo y, por supuesto, múltiples pinturas de las muchas mujeres que marcaron su creación.
Poco tiene que ver el mundo de las imágenes de abstracción geométrica nacidas del pincel de Picasso con la estremecedora pintura de Goya. Pero ambos maestros españoles fueron, en sus respectivas épocas, artistas revolucionarios que marcaron la historia de la pintura. Que Picasso releve a Goya en la capital alemana es más que una coincidencia y brinda a Berlín la oportunidad de apreciar un amplio arco de la cultura hispánica.