Planes de Macron para Francia segregarían a los musulmanes
1 de octubre de 2020El discurso de Macron abre el telón a un próximo proyecto de ley contra posibles intentos "separatistas", que también incluiría a grupos como los supremacistas blancos. Pero, dado que muchos observadores lo consideran claramente dirigido contra el extremismo islamista, la posible legislación ya ha provocado una fuerte controversia, mucho antes de su presentación, a finales de este otoño.
Si bien algunos consideran que la llamada ofensiva antiseparatista del gobierno es obsoleta, los líderes de la comunidad musulmana, de aproximadamente seis millones de personas en Francia -la más grande de Europa occidental- temen que se los pueda señalar injustamente.
"Estamos cerca del final del primer mandato de Macron", dijo Jawad Bachare, director del Colectivo Contra la Islamofobia en Francia, que a veces ha sido acusado de tener vínculos con los Hermanos Musulmanes, "y con cada elección surgen las mismas preguntas sobre los musulmanes y la financiación de los lugares de culto musulmanes".
Ataques a Charlie Hebdo
El discurso de Macron de este viernes (2.10.2020) seguramente será seguido de cerca, a pocos días de que dos personas fueran apuñaladas frente a la antigua sede de la revista satírica Charlie Hebdo, y mientras tiene lugar un juicio por los ataques terroristas de 2015 contra el semanario satírico francés y un supermercado kosher.
Se espera que el proyecto de ley reduzca aún más la financiación extranjera de mezquitas y escuelas religiosas privadas, prohíba la actividad de imanes extranjeros, aumente la vigilancia de las asociaciones y personas sospechosas de "separatismo" -incluso en el sector público y en los deportes-, y vete los intentos que amenazan la igualdad de género, incluidos los 'certificados de virginidad', previos al matrimonio, para mujeres musulmanas.
"No hay incompatibilidad entre ser musulmán y ser ciudadano (francés)", dijo recientemente a la radio francesa el ministro del Interior, Gerald Darmanin, nieto de un inmigrante musulmán. La legislación apunta a atacar a los "enemigos de Francia", grupos terroristas, y también a políticos que amenazan "el modelo francés de libre expresión, nuestra forma de vida, la forma en que enseñamos a nuestros hijos". Macron también ha pedido proteger al país de las fuerzas separatistas. En un guiño a Charlie Hebdo, el ministro defendió "el derecho a cometer blasfemia".
Brechas profundas en la sociedad francesa
Macron no es una excepción, pero aún tiene que hacer realidad las promesas de crear un "islam de Francia". La próxima legislación puede ser un primer paso en esa dirección.
Una encuesta de Odoxa-Dentsu de septiembre de 2020 sugiere que muchos franceses respaldan ese esfuerzo. Más de las tres cuartas partes de los encuestados apoyaron la legislación contra el separatismo, aunque a casi la mitad le preocupaba que pudiera profundizar las divisiones dentro del país.
"No seamos ingenuos", dijo recientemente el exprimer ministro socialista Manuel Valls a un periódico francés, señalando a dos grupos islámicos particularmente conservadores, "el verdadero asunto es la batalla contra el islam político de los Hermanos Musulmanes y los salafistas". "Nadie está prohibiendo a los musulmanes ir a la mezquita", agregó. "Solo queremos prohibir su proyecto totalitario, separatista y supremacista", zanjó.
Sin embargo, no es sorprendente que varios líderes musulmanes vean las cosas de manera diferente. Con la próxima legislación, argumentan, se corre el riesgo de estigmatizar aún más a la gran mayoría de musulmanes franceses que practican su fe pacíficamente. "Este concepto de separatismo me molesta mucho", dijo el rector de la mezquita de Lyon, Kamel Kabtane, al periódico Le Figaro. "Porque ¿qué es lo que separa? No son los musulmanes. Ellos solo quieren integrarse".
"La violencia no pertenece a una determinada comunidad"
Esta no es la primera vez que las prácticas islámicas chocan contra los valores seculares de Francia. Las medidas anteriores que prohíben los niqabs, que cubren el rostro, los pañuelos en la cabeza en las escuelas y los burkinis en las playas, por ejemplo, han provocado denuncias de intolerancia y discriminación.
"La violencia no pertenece a una determinada comunidad", subraya Bachare. "El terrorismo no pertenece a una sola comunidad. Es un fenómeno que debe combatirse con todos los medios posibles. Pero no es correcto estigmatizar a toda una comunidad, porque un miembro cometió ataques terroristas". "La islamofobia se ha vuelto banal en estos momentos", aseguró Bachare, "hasta el punto de volverse normal".
(rmr/cp)