Las firmas de consultoría son omnipresentes, pero discretas. Un negocio multimillonario que no ha parado de crecer en las dos últimas década.
McKinsey, por ejemplo, es una de las más poderosas entre las empresas que ofrecen sus servicios sobre prácticamente cualquier tema: desde cómo gestionar la inmigración irregular, el reparto de vacunas, pasando por la crisis climática.
Sin embargo, tanto poder no está libre de controversia: ¿Es posible asesorar a un gobierno y al mismo tiempo a otro país rival? Eso es lo que ocurre casi constantemente en este sector.
Unos creen que ayudan a agilizar la administración pública, otros creen que estas empresas suponen riesgos y no tienen límites a la hora de elegir a sus clientes.