Por qué las madres rusas no salen a la calle a protestar
5 de octubre de 2022DW habló con Irina Ivanova (nombre ficticio por razones de seguridad), en Moscú.
DW: ¿Su hijo se fue de Rusia debido al llamamiento a filas?
Irina Ivanova: No, no esperamos tanto, porque podría ser de los primeros en ser reclutados. Tiene unos 30 años, estudia en la universidad y sirvió en el Ejército. Al principio, dijeron que los estudiantes no serían reclutados. Pero reiteradamente van empleados de las oficinas de reclutamiento y de la Policía a la universidad. Así que decidimos con rapidez que debía irse. Mi hijo compró boletos y se fue a un pueblo en la frontera con Kazajistán. Sabíamos que todavía era posible cruzar legalmente la frontera allí. Una amiga mía lo ayudó y esperó a que pasara todos los controles y se subiera a un auto al otro lado.
Cientos de miles de rusos buscan refugio en países vecinos. ¿Por qué la movilización parcial tuvo un impacto tan grande? Durante siete meses, la gente vivió como si no hubiera guerra en Ucrania.
No es verdad. Todo el mundo sabe que hay guerra en Ucrania. Pero cada uno tiene su vida cotidiana. La gente que fue a la guerra en Ucrania decidió hacerlo por razones ideológicas, económicas o convicciones personales. Ahora las autoridades han tomado decisiones sin tener en cuenta a la gente, y muchos no están de acuerdo. Y para no tomar parte en todo esto, huyen.
Mucha gente en el extranjero cree que los rusos no deberían huir de este problema, sino luchar contra él...
No veo la manera de que la gente ponga fin a lo que está pasando aquí. Hoy todo el mundo dice: "Tienen un presidente así, salgan a la calle y derrótenlo". ¿Cómo se supone que debemos hacer eso? Después de este éxodo masivo, no quedó en el país población masculina, fuerte y pensante. Los hombres huyen porque no quieren mancharse las manos de sangre. Las mujeres como yo nos quedamos. ¿Qué debemos hacer? Tal vez habrá una rebelión de las mujeres. La historia conoce muchos ejemplos. Pero, ¿qué se debe hacer en esta situación concreta? No tengo ninguna respuesta.
Casi todos los que huyen son maridos e hijos. Las protestas más grandes de mujeres solo se produjeron en Daguestán y Yakutia. ¿Por qué no en otras regiones o en grandes ciudades como Moscú?
Mis amigos, colegas y yo hablamos sobre ello todo el tiempo. Todos tenemos diferentes opiniones al respecto, pero estamos de acuerdo en una cosa: somos responsables de nuestros hijos. Siempre fui a todas las protestas, vigilias y manifestaciones. Siempre tuve cuidado de que la Policía no me golpeara con porras, porque tengo otros dos hijos menores de edad.
Hay cientos de miles, millones de personas como yo. Si por alguna razón ya no estamos allí, entonces también se destruirá la vida de nuestras familias y de nuestros hijos. En pequeñas repúblicas como Daguestán o Yakutia, las familias y los clanes son muy fuertes. Los moscovitas, como yo, no tenemos a nadie que nos apoye. No podemos garantizar la seguridad de nuestros niños. No queremos vivir en las condiciones en las que tenemos que vivir hoy, pero no hay nada que podamos hacer al respecto. Esta es nuestra mayor tragedia y nuestra mayor desgracia.
¿Cómo reacciona la gente ante la movilización parcial en su círculo de amigos y en todo el país?
En mi círculo de amigos estamos consternados y condenamos esta guerra. Estamos en contra. Odio al poder estatal, que se ha apropiado de mi país de origen —he estado diciendo esto durante 20 años—, y ahora obliga a mi hijo a involucrarse. Por otro lado, sé que en provincias, en pueblos y aldeas desfavorecidos, donde la información sólo llega distorsionada y solo a través de los medios estatales, las opiniones son muy diferentes. Es un territorio enorme, y esas personas están dispuestas a apoyarlo todo. Nos sentimos en minoría.
¿Cómo ve el futuro de su país y su futuro personal?
Desgraciadamente, no veo ningún futuro para la Rusia actual. No tenemos un solo líder a quien seguir. Todos han sido quitados de en medio. Ya nadie intenta ser un líder. Ya no tenemos ninguna influencia. Lo único que nos queda es nuestro rechazo y nuestra resistencia contra todo. Todo lo que podemos hacer es tratar de salvar al menos a una parte de nuestra familia y una parte de nosotros mismos.
La entrevista fue realizada por Marina Baranovska.
(rmr/rml)