Presidente alemán: “Protejamos la dignidad de todos”
13 de febrero de 2020Pronunciar un discurso en el aniversario del terrible bombardeo de Dresde, que tuvo lugar en la noche del 13 al 14 de febrero de 1945, es siempre un acto de equilibrismo. La tormenta de fuego que azotó la ciudad sajona en el Elba ha sido, repetidamente, instrumentalizada por diversos grupos: por los nazis en los últimos meses de la guerra, luego por la RDA, más tarde por los neonazis y las personas que se han quedado ancladas en el pasado. La mayoría de las veces, esto culminó en una discusión absurda sobre el número de muertos, que los nazis, por ejemplo, elevaron a varios cientos de miles. Después del fin de la RDA, la disputa sobre la noche del bombardeo giró principalmente en torno a si se debería recordar los sucesos de forma aislada o si solo integrándolos en el contexto histórico se puede hacer justicia a las víctimas.
Frank-Walter Steinmeier sabía del reto al que se enfrentaba cuando escribió este discurso. El presidente alemán pronunció un discurso sorprendentemente actual. Habló abiertamente sobre el origen de la guerra y la destrucción. Leyó tres largos párrafos antes de pronunciar por primera vez la palabra Dresde. Steinmeier comenzó con la invasión alemana de Polonia y habló sobre la violencia desatada que experimentó después Europa.
Sin relativizar el sufrimiento de los habitantes de Dresde
En ningún momento relativizó el sufrimiento de los habitantes de Dresde. Por el contrario, describió el estruendo de los aviones, el cielo iluminado de rojo, el fuego que se tragaba todo el oxígeno de las calles de la ciudad. Pero también mencionó otras ciudades en Alemania y en otras partes de Europa: Hamburgo y Wurzburgo, Nápoles y Belgrado, Varsovia y Coventry. Y puso fin a esta parte de su discurso con un mensaje claro: "Nosotros, como demócratas, tenemos que hacerle frente a quien en la actualidad todavía compense los muertos de Dresde con los muertos de Auschwitz, a quien trate de minimizar la injusticia alemana, a quien falsifique a sabiendas hechos históricos".
"Nosotros como demócratas". Steinmeier sabe que hoy hay políticos que niegan los crímenes nazis en los parlamentos alemanes. Él se distancia con claridad de ellos. Esta es desde luego una nueva interpretación del papel del presidente alemán, que se supone que no es partidista, que modera y resume todas las opiniones que existen en la población. Pero no en este punto. Steinmeier incluso fue un paso más allá: habló de un nuevo antisemitismo, de una nueva xenofobia: "Si los diputados votados se burlan y ridiculizan en la actualidad a los parlamentos en los que están sentados, este es un intento de destruir la democracia desde dentro". Los populistas de derecha en los parlamentos regionales alemanes y en el Bundestag pueden darse por aludidos.
Sí, todo esto pertenece a un discurso que conmemora el bombardeo de Dresde 75 años después. Y el discurso termina deliberadamente con la respuesta a todos aquellos que han vivido siempre anclados en el pasado. El presidente, además de representar a todos, nos recuerda lo que debería unir a todos los alemanes: la Constitución de un Estado democrático. "Protejamos la dignidad de todos. También y especialmente aquí en Dresde". La de todas las personas, no solo la de todos los alemanes.
Voz de la gran mayoría de alemanes
Steinmeier podrá vivir con las críticas de la derecha populista por este discurso. No es la primera vez que le sucede, pero es bueno saber que el presidente se ve a sí mismo como un defensor de la democracia, más claramente que nunca. Una democracia que no solo está formada por leyes, reglamentos y normas parlamentarias, sino también por ideas, actitudes claras y responsabilidad histórica. Una abrumadora mayoría de los alemanes sigue compartiendo estos puntos de vista. Es positivo que Steinmeier alce su voz en nombre de este gran grupo.
(rmr/er)
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