Putin: escalada en Ucrania para perpetuarse en el poder
21 de septiembre de 2022Putin no puede dar marcha atrás. Si pierde su guerra de agresión contra Ucrania, también perderá su poder y quizás mucho más. Lo mismo les sucedería a los políticos del gobierno y de la Duma que vincularon su destino, ya sea para bien o para mal, al jefe del Kremlin.
Todos tienen pánico y, en vista de los éxitos de los ucranianos en la reconquista de su país, Rusia corre en verdad peligro de sufrir una derrota militar. Un fracaso que nadie se esperaba en Moscú. Esta es la razón por la que Putin ahora ordenó una movilización parcial y el envío de 300.000 reservistas al frente para detener el avance de los ucranianos; un avance que refleja el desolado estado del Ejército ruso.
¿Debilitado y aislado?
Hace tan solo unos días, al margen de una reunión de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) en Uzbekistán, Putin, intentando mostrar calma, dijo que Rusia no tenía prisa con Ucrania. En verdad, el mundo vio a un Putin debilitado y aislado. Las cámaras de televisión mostraron a un señor mayor al que los demás jefes de gobierno hacieron esperar. Putin, sentado en el sofá como una persona educada, escuchando lo que tenían que decir Turquía, India y China. Estos países dejaron entrever públicamente su rechazo a la guerra de Putin y su apoyo a la integridad territorial de Ucrania. Y con razón, porque la guerra está asfixiando la economía mundial y, en consecuencia, el poder de los políticos, de los que Putin esperaba apoyo en su guerra contra Ucrania.
Cambio de rumbo en el Kremlin
Desde el punto de vista del Kremlin, la situación no podía continuar así. De regreso en Moscú, Putin tuvo prisa por cambiar de rumbo. Al fin y al cabo, la movilización parcial significa admitir la debilidad militar en el este de Ucrania. Con el anuncio de que se llevará a cabo un seudoreferendo en las áreas conquistadas sobre su adesión a la Federación Rusa dentro de unos días, se hace más que evidente que los ucranianos no quieren pertenecer a Rusia. Y es que nadie tomará en serio un seudoreferendo ante cañones y ruinas.
Putin quiere asegurarse los bienes saqueados. Los territorios conquistados formarían parte de la Federación Rusa, y entonces Putin podría usar todos los medios militares para defender la patria. La "operación especial" con caducidad de tiempo y espacio, que poco tenía que ver con la vida cotidiana de la mayoría de los rusos, se ha transformado retóricamente en una defensa del "suelo ruso" con todos los medios a su alcance, también con armas nucleares.
Fin de la "operación especial"
No hay que ser un gran profeta para predecir el fin inminente de la expresión "operación especial". La misma propaganda del Kremlin se encargará de enterrarla. Y en su lugar seguirán predominando las mentiras rocambolescas y confusas, las invenciones y las amenazas con las que la televisión estatal trata de adoctrinar a los rusos. De hecho, ya se afirma que Rusia no está en guerra con Ucrania, sino que se defiende en Ucrania de Estados Unidos e Inglaterra. Quien quiera creerlo, que lo crea.
Los líderes mundiales, reunidos en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, tomarán en serio que Putin esté de nuevo jugando con fuego, pero su política hacia Moscú apenas cambiará. Kiev seguirá recibiendo armas y su Ejército seguirá luchando.
¿Y los 300.000 reservistas rusos? Nunca han estado en una guerra y no tienen equipamiento militar en condiciones. Son padres de familia, hombres, que en contra de su voluntad, serán arrancados de su vida cotidiana. En Ucrania, se supone que deben defender a Rusia, junto con criminales y mercenarios chechenos. Esto no dará buenos resultados. Verán con sus propios ojos que los ucranianos no quieren pertenecer a Rusia. Decenas de miles de hombres morirán para que Putin y su séquito permanezcan en el poder y no tengan que justificar sus crímenes contra su propio pueblo. Esta es la verdadera tragedia de la última y equivocada decisión del jefe del Kremlin.
(rmr/ers)