¿Qué hacer con la pandemia de residuos en África?
15 de febrero de 2022Están por todas partes, obstruyendo caminos y ríos. Las mascarillas se han convertido en un gran problema. Hay una auténtica pandemia de desechos. Se estima que 353 millones de mascarillas acaban en la basura en el África subsahariana, la mayoría, en África Occidental.
Cuando la keniana Catherine Wanjoya pasea por Nairobi, no puede ocultar su ira. "Las mascarillas están tiradas en las calles, la gente simplemente las bota. Esto se debe al hecho de que no clasificamos nuestra basura y a la gente simplemente no le importa", dice en entrevista con DW.
Mascarillas usadas, lavadas y vendidas
Wanjoya es la fundadora de Genesis Care, una empresa que vende máquinas expendedoras de productos higiénicos e incineradores. Antes de la pandemia, Genesis Care vendía productos de higiene menstrual para mujeres, pero ahora también venden mascarillas y guantes. La eliminación sanitaria de los productos es una prioridad para Wanjoya.
"El COVID-19 se propagó rápidamente en Kenia al comienzo de la pandemia, porque simplemente se arrojaron máscaras por todos lados", afirma. Ella conoce casos de gente que recogió, limpió y revendió mascarillas usadas. "Lo mismo sucede en los vertederos públicos: la gente recoge allí jeringas usadas o medicamentos vencidos y, como resultado, se infecta a sí misma y a otros".
El reciclaje sigue siendo un problema
Según el Banco Mundial, los países de bajos ingresos eliminan más del 90 por ciento de sus desechos quemándolos, en vertederos ilegales y en campos. En África, solo se recicla alrededor del cinco por ciento de los desechos. No hay una infraestructura de gestión de desechos que funcione, dice la activista ambiental Lillian Mulupi, del Movimiento Verde Unido Kenia, en entrevista con DW.
"En muchos distritos no hay suficientes camiones de basura, ni contenedores de basura públicos, y la basura no se recoge durante días. Incluso si se separa la basura en casa, los servicios de recogida de basura vuelven a mezclarla", cuenta. Para el Gobierno, el reciclaje no es relevante.
En principio, esto podría cambiar en el futuro: la Unión Africana (UA) se ha fijado el objetivo de que las ciudades africanas reciclen al menos el 50 por ciento de los desechos que generan hasta 2023. El problema es que la cantidad de basura en África está creciendo rápidamente: según la ONU, se espera que los hogares africanos produzcan 250 millones de toneladas hasta 2025. Y, con los desechos adicionales por coronavirus, el objetivo de la UA podría estar muy lejos de lograrse.
La nueva "basura por coronavirus"
En concreto, se trata de productos médicos que las Naciones Unidas adquirió para los países más pobres entre marzo de 2020 y noviembre de 2021, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS): unas 87.000 toneladas de ropa de protección médica, 2.600 toneladas de residuos de plástico no infecciosos y 731.000 litros de residuos químicos.
Los miles de millones de vacunas distribuidas en todo el mundo producen otras 144.000 toneladas de desechos, entre jeringas, agujas y recipientes de recolección. Y es Sudáfrica el país que genera la mayor cantidad de desechos médicos en África, con 1.578 toneladas al día.
"Cuando un país enfrenta una pandemia como esta, debe asegurarse de que se tomen todas las medidas para romper la cadena de transmisión de la enfermedad, y la gestión de desechos es una de ellas", advierte Landry Kabego, responsable de prevención y control de infecciones de la OMS para África.
Sin gestión adecuada de residuos
El problema ya existía, incluso antes de que comenzara la pandemia. Numerosos servicios de salud ya tenían dificultades para eliminar adecuadamente los desechos médicos. Uno de cada tres servicios de salud en todo el mundo no puede gestionar sus residuos adecuadamente. Según la OMS, esto es muy problemático en los países más pobres.
La empresaria Wanjoya es de la misma opinión: "Trabajamos con pequeños hospitales estatales y no pueden permitirse tener sus propios incineradores". Lo que se necesita, asegura Wanjoya, es una asociación entre empresas como Genesis Care y el Gobierno: "Entonces también podríamos vender nuestras plantas de incineración a hospitales estatales".
Cooperación e información
Otro aspecto importante es concienciar a la población de que los contagios de enfermedades aumentan con la eliminación incorrecta de desechos médicos. Es crucial que haya una legislación clara: "Necesitamos leyes que regulen la eliminación y que estas se cumplan", critica Wanjoya.
En Kenia, en marzo de 2020, la Agencia Nacional de Gestión Ambiental introdujo pautas para la separación y gestión de desechos sanitarios. De acuerdo a estas pautas, las mascarillas no deberían terminar en la basura doméstica, pero sigue sucediendo.
La clasificación de residuos es clave, precisa Kabego: "En la mayoría de nuestras instalaciones de atención médica, los desechos no se separan adecuadamente. En África, generalmente, los incineran. Si no se separan, se juntan muchos desechos infecciosos y no infecciosos".
Los contenedores de basura etiquetados en los centros de salud y en las calles son, por lo tanto, importantes. Los Gobiernos también son responsables de que se garantice la gestión correcta de desechos y que la población esté informada.
(rmr/rml)