Radiografía urbana: pobreza y desigualdad en América Latina
20 de diciembre de 2018Las imágenes satelitales de las grandes ciudades esconden una realidad que no se ve a simple vista. Los asentamientos populares pasan habitualmente inadvertidos, como lo ha comprobado la ONG TECHO, una organización que desde hace más de 20 años trabaja buscando soluciones a la situación de pobreza de millones de pobladores de la región.
"Esta información está absolutamente invisibilizada. En muchos casos los asentamientos informales no están censados y los gobiernos no tienen oficinas dedicadas a identificarlos. Los asentamientos son el epicentro de una catástrofe social. Hay ausencia de servicios básicos, irregularidad en la tenencia del suelo y están segregados del sistema educacional y de salud formal”, explica María Jesús Silva, directora del Centro de Investigación Social de TECHO Internacional.
A la inseguridad que significa no tener título o contrato legal para utilizar el terreno, se suma la precariedad de la vivienda y sus materiales, la alta densidad de casas y de ocupación de éstas, e infraestructura deficiente en cuanto a agua, electricidad, aseo o calles. Además, son poblaciones segregadas, con menores oportunidades y con dificultades en el acceso a salud, educación y empleos.
"Latinoamérica es una región que crece económicamente, pero sin embargo siguen existiendo asentamientos informales. Una razón para ello es que hay mucha desigualdad”, afirma Eva Dick, del Instituto Alemán de Política de Desarrollo (DIE).
Tecnología con impacto social
¿En dónde están estos asentamientos, cuántas personas viven en ellos y qué necesidades tienen? Es una de las preguntas que busca contestar TECHO, a través del trabajo de voluntarios en terreno y ahora con ayuda de la tecnología.
La aplicación AP-Latam, desarrollada por el joven emprendedor argentino Federico Baylé, permite mapear los sectores urbanos mediante un sistema combinado de imágenes satelitales y machine learning, para identificar zonas vulnerables o de eventuales asentamientos. Un proyecto tecnológico con impacto social.
"Esta aplicación hace que la computadora reconozca rápidamente en imágenes satelitales patrones como el material o la disposición de los techos o si las calles son pavimentadas o no, que nos indican la presencia de asentamientos”, explica Baylé.
En pocos días se puede tener el mapa de los asentamientos de una ciudad completa, un primer panorama que orienta el trabajo de los voluntarios de TECHO, "en el sentido de qué zona recorrer o cuál descartar, y pueden hacer más rápido el relevamiento en terreno”, agrega.
Entre las utilidades de esta tecnología, María Jesús Silva destaca, por ejemplo, su aplicación en sectores urbanos de compleja geografía o con situaciones de violencia: "a través de la imagen satelital dimensionamos dónde están, cuáles son sus características topográficas y los accesos por donde podemos llegar".
En una segunda etapa, los voluntarios hacen encuestas en terreno en las que levantan información relevante, como acceso a servicios básicos, regularidad del suelo, presencia de riesgos como derrumbes o torres de alta tensión, además de la existencia de organizaciones comunitarias. Los datos recogidos ayudan a retroalimentar el mapeo computacional y mejorar su funcionamiento.
Hasta ahora, TECHO y DymaxionLabs, el emprendimiento de Baylé y su socio Damián Silvani, han mapeado Buenos Aires, Ciudad de Guatemala y Asunción, están trabajando en Lima y próximamente quieren empezar con Ciudad de México, un desafío de grandes proporciones.
Políticas de vivienda
Con estos mapeos, TECHO busca dar celeridad al abordaje del problema de los asentamientos, con una caracterización detallada. Como señala María Jesús Silva, "esta información permite identificar y caracterizar los asentamientos, pero, sobre todo, hace conciencia sobre cuáles son las necesidades de estas comunidades y está a disposición de los tomadores de decisiones, las autoridades, la sociedad civil y la academia, para que la utilicen y construyan soluciones en conjunto".
"Un análisis de la problemática en cada ciudad o contexto urbano es vital y no existe necesariamente a nivel de la administración de la ciudad o del país”, afirma Eva Dick. Al ser informales, los asentamientos no forman parte de catastros oficiales.
"Es un territorio que tenemos que identificar y visibilizar para trabajar de forma coordinada con los gobiernos y sobre todo con las mismas comunidades para buscar soluciones en conjunto”, dice María Jesús Silva. En los más de siete mil asentamientos que TECHO ha logrado caracterizar en Latinoamérica, siete de cada diez tienen organizaciones comunitarias.
"Es muy importante promover la auto-organización de las comunidades y trabajar en conjunto con ellas”, corrobora Eva Dick, quien estima que la vivienda social del Estado no puede ser la única solución y concluye que "históricamente hemos visto que una parte relativamente pequeña de la población se ha beneficiado de ella. Es necesario tener diferentes enfoques. Promover la autogestión de los pobladores es también importante. En todo caso, esto no debe significar que el Estado retroceda en su labor de mejorar la situación de vivienda de los asentamientos informales”.
(jov)