Ratzinger se retiró, pero en este libro hace oír su voz
15 de mayo de 2020Es un libro imponente: 1.150 páginas y más de kilo y medio de peso. En Benedicto XVI. Una vida, el periodista y escritor Peter Seewald aborda con mirada global la vida de Josep Ratzinger. El gran teólogo católico Joseph Ratzinger nació el 16 de abril, Sábado Santo, del año 1927, y fue elegido como sumo pontífice 78 años después. Benedicto XVI. Una vida no es una biografía objetiva ni pretende serlo. En ella se aprecia la admiración del autor por el protagonista, como suele ser habitual en las hagiografías, las vidas de los santos. Es un rasgo presente ya en la misma narración de la infancia de Ratzinger, descrito como un "joven guapo, de carácter sensible","espiritualmente maduro","superdotado, hipersensible","un niño especialmente dulce y endeble".Esos son algunos de los atributos que utiliza Seewald en las primeras páginas de la biografía para describir al pequeño Ratziger.
Posterior interpretación de Ratzinger
El autor, Peter Seewald, de 65 años, creció a apenas 100 kilómetros del lugar donde Ratzinger pasó su infancia. Seewald, que se salió de la Iglesia católica para volver después, tras su acercamiento a Ratzinger, conoce al religioso de 93 años como ningún otro escritor. Desde 1996 ha publicado un libro retrato y varios volúmenes de entrevistas con Benedicto XVI, todos ellos traducidos a numerosos idiomas. El último fue Benedicto XVI. Últimas conversaciones con Peter Seewald.
Una pequeña parte del nuevo libro, sus últimas ocho hojas, está en formato entrevista. Según Seewald, se trata de una conversación mantenida en otoño de 2018. Son palabras que servirán para posteriores interpretaciones de la figura de Ratzinger, pues, con ellas, el antiguo pontífice trata de explicar su renuncia en 2013 y la relación con su sucesor, Francisco.
Intentos de explicar una sonada renuncia
Según Ratzinger, ni los casos de corrupción en el Vaticano ni el escándalo conocido como "vatileaks" lo llevaron a tomar la decisión. El antiguo papa asegura que tuvo claro que, además de una posible demencia, "hay otras posibles formas de incapacidad que afectan al correcto manejo del cargo". Hoy sabemos que el anciano expontífice apenas puede ver.
Ratzinger rechaza las críticas suscitadas en su momento por abandonar el papado. En febrero de 2013, su decisión conmovió al mundo y sacudió a muchos en el seno de la Iglesia. Ratzinger dice oponerse a un papado compartido por dos pontífices. "Hay una estrecha conexión espiritual, pero cada sede episcopal, también la de Roma, debe tener un solo titular". El antiguo pontífice utiliza un símil muy bávaro para explicar la situación: el viejo granjero que deja sus campos a la siguiente generación, debe abandonar también la casa principal.
Amistad con Francisco
Ratzinger alude también a las críticas que reciben las palabras que de vez en cuando emite desde su retiro sobre los actuales debates de la iglesia. Según él, esas críticas son una "malintencionada distorsión de la realidad" y "agitación" contra él. Sin mencionarla expresamente, alude a la "necia y malintencionada" teología alemana, que sencillamente quiere "acallar mi voz".Esto da de nuevo motivo para especulaciones, pero Seewald deja este pasaje así. Y, además, falta un dato: el propio Benedicto XVI se describió a sí mismo en sus palabras de despedida en 2013 como un sencillo creyente "en la última etapa de su peregrinaje en esta tierra, que vive oculto al mundo" y que solo desea dedicarse a la plegaria. En cualquier caso, Ratzinger dice que la relación con su sucesor es cercana, de amistad personal. Y asegura que, en 2013, "en absoluto" sospechó quién podía ser su sucesor.
En la entrevista también queda claro cuánto han marcado a este papa sus pensamientos sobre "el mal"y "la oscuridad" en la Historia. Es algo que puede explicarse por los tiempos del nacionalsocialismo. Pero lo más extraño y curioso es cómo Ratzinger habla del "poder espiritual del Anticristo"y critica la "dictadura mundial de ideologías aparentemente humanistas". Quien las contradice, se ve excluido del "consenso básico social". Un ejemplo concreto: quien hoy día se oponga al matrimonio homosexual, se ve "socialmente excomulgado".
Falta de confrontación con momentos difíciles
El libro decepciona en lo referente a la confrontación con los debates teológicos de las pasadas décadas, y eso es algo que puede achacarse tanto a Benedicto XVI como al propio autor. Pongamos dos ejemplos. Uno es el de Hans Küng, de 92 años, teólogo suizo mundialmente conocido, a quien el Vaticano retiró en 1979 el permiso para impartir teología católica. Küng y Benedicto, que fueron colegas hace 50 años, se reunieron durante cuatro horas en septiembre de 2005, cuando Ratzinger llevaba cinco meses de papado. Aquello fue un momento sonado, pero ahora el antiguo papa vuelve a referirse en el libro a la "enorme facundia" de Küng y a sus "descaradas afirmaciones". Eso no está bien.
Otro nombre importante falta: PeterHünermann, un dogmático de Tubinga a quien hace casi dos años Ratzinger acusó de "campañas antipapales", algo ridículo por el amor que Hünermann profesa hacia la Iglesia. Pero el nombre no aparece ni una sola vez en el libro. Una pena. Tampoco resultan convincentes las alusiones de Seewald al origen del partido democristiano alemán CDU.
Un amor de juventud
De todo ello se hablará cuando haya una biografía crítica y digna del Ratzinger/Benedicto XVI. Lo mejor del libro es cuando aborda la parte humana, sobre todo la juventud del protagonista y sus experiencias con el nacionalsocialismo. También la parte referente a la impronta teológica que convirtió a Ratzinger en maestro de la cuestión fe y razón. Y las alusiones a un amor vivido por el joven Ratzinger. "El secreto tenía un nombre. Femenino. Nunca fue revelado". Ahí deja Seewald abierta la posibilidad de un nuevo libro.
(ms/few)
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