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Razor Film prepara un imposible

Andrea Horakh/mb12 de junio de 2012

Hace diez años que produce desde Berlín películas como "Vals con Bashir", que rompen con tabúes políticos. Ha logrado éxito internacional. Ahora, Razor Film está detrás de la primera película hecha en Arabia Saudí.

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Vals con Bashir, de Ari FolmanImagen: Razor Film

Cannes 2008. El silencio es absoluto. En la pantalla, los créditos de "Vals con Bashir". Muchos lloran. Pocas veces una película ha causado tanta impresión. Entretanto, han pasado cuatro años y el recuerdo sigue presente. Este largometraje logró sensibilizar al público en el tema de la guerra. En el centro, el trauma de la masacre en el campo de refugiados de Sabra y Schatila, en septiembre de 1982, durante la guerra de Líbano.

Después del atentado contra el líder Bashir Gemayel, falangistas libaneses mataron miles de niños, mujeres y prisioneros de guerra en los campamentos cercanos a Beirut. En una noche. El ejército israelí contempló todo, impasible. Una danza mortal. La masacre, un hito en la historia de Israel y un tema tabú. Fue la pérdida de la inocencia del “pueblo elegido”.

Un vals triste

“Vals con Bashir”, del director Ari Foman, habla abiertamente de la culpa y acerca de la experiencia de los soldados en unos hechos que han sido por décadas un trauma silenciado. Después de que la película se presentó en Israel, las heridas apenas cerradas volvieron a abrirse. Lo más sorprendente de esta valiente cinta: se compone de imágenes creadas, de trazos rellenos con colores, a menudo amarillo y negro. Imágenes como de pesadilla, que llegan sin filtrar a nuestro inconciente. Una película animada para procesar el pasado, una película con efecto terapéutico. En el 2009, fue nominada para el Óscar y para el Golden Globe.

Detrás de este éxito mundial hay dos hombres de Berlín: Roman Paul y Gerhard Meixner. Se llaman Razor Film. En el nombre está su lema: afilados como una cuchilla, quieren hacer cortes en nuestra percepción; un guiño a la cuchilla de “Un perro andaluz” (1929). En aquel filme, de Luis Buñuel, la cuchilla corta una pupila. En el 2002, Paul y Meixner fundaron su empresa. Su objetivo: lograr películas de calidad Arthouse para el mercado nacional e internacional. Querían tener éxito con proyectos ambiciosos y poco comunes. Es decir, un proyecto atrevido para una empresa tan pequeña, con un presupuesto tan reducido. Pero el éxito viene a ellos; entretanto, han ganado dos Golden Globes y han sido nominados dos veces para el Óscar. Sus películas asisten a los festivales de Cannes, Berlín, Venecia.

Filmproduzenten Gerhard Meixner und Roman Paul
Gerhard Meixner (izq) y Roman PaulImagen: picture-alliance/dpa

Comando celestial

Con “Paradise Now“, el mundo se fijó por primera vez en Meixner y Paul. Cuentan la historia de dos terroristas suicidas palestinos. Pero no es la historia lo que llama la atención, sino la perspectiva. Nos metemos en la piel de los jóvenes, vemos el mundo con sus ojos. Los terroristas no parecen ni monstruos ni víctimas, sino seres humanos normales, simpáticos; no son fanáticos, sino, según el diario alemán Frankfurter Rundschau, “reclutas de un mortal callejón sin salida”.

La cinta es graciosa y, al mismo tiempo, intimidante. Se ve cómo un terrorista descansa en un baño porque su cinturón con explosivos le está haciendo daño en la piel. En otra escena, se ve cómo la grabación del video en que se asume la autoría del atentado tiene que empezar tres veces porque la cámara no funciona. Entre un intento y otro, comen bocadillos. Escenas que muestran la banalidad del mal. El rodaje se hizo en Israel y Palestina; a pesar de toda la eufórica aceptación, las críticas han sido duras y han llegado al llamamiento al boicot. Razor Film no toma el camino fácil, pero los marcan su profesionalismo, su valentía y un buen olfato para guiones que pueden llegar a tener éxito.

Film Paradise Now
"Paradise Now", 2005Imagen: Razor Film

Un cuento de hadas del futuro

En “Womb”, del director húngaro Benedek Fliegauf, el olfato abandonó a Paul y a Meixner, aunque la historia tenía potencial. Una mujer intenta hacer retroceder el tiempo después del accidente de su amado. Lo clona y, como su hijo, lo hace volver a nacer. Y vuelve a amarlo. Después de un comienzo prometedor, la película se traspapela entre la historia de amor, la ciencia ficción, la crítica a la tecnología y la tragedia. Aunque no es un éxito, Razor Film no decae.

Nuevos proyectos surgen. Y su próximo trabajo podría llegar a ser un hito de la historia del cine. Se trata de la primera película rodada en Arabia Saudí: “Wajda”, de la directora Haifaa Al Mansour. Todo un acontecimiento en un país en donde las mujeres no pueden conducir, los hombres y las mujeres no están juntos en público y los cines están prohibidos.

Film Waltz with Bashir
"Wajda", de Haifaa Al Mansour, 2012Imagen: Razor Film

La bicicleta de Wajda

Razor Film rodó en Riad ante los ojos de la Policía Religiosa. En su debut, Haifaa Al Mansour contó la historia de una niña de once años que quería ganar un concurso de recitación del Corán para conseguir su mayor deseo: una bicicleta, aunque conducirlas no les está permitido a las niñas.

Haifaa Al Mansour escogió a Razor Film, porque hace tiempo que son los especialistas para temas del Cercano Oriente. Se han hecho un nombre con su manera de tratar asuntos tan complejos. La directora se sentía en buenas manos. En la primavera de 2013, la película saldrá a las salas y la pequeña productora de Berlín volverá a dar que hablar, probablemente también en Arabia Saudí, donde seguramente no podrá ser vista.

Autora: Andrea Horakh /mb

Editora: Rosa Muñoz Lima