1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Túnez: “Una fiebre contagiosa”

26 de enero de 2011

La evolución de la revuelta en Túnez, que se extiende por otros países vecinos como Egipto y el Líbano, y las implicancias de grupos terroristas islámicos en los nuevos gobiernos que se perfilan son tema de la prensa.

https://p.dw.com/p/104EW
Manifestaciones en El Cairo.Imagen: picture-alliance/dpa


Corriere della Sera
, de Roma: “Es una fiebre contagiosa y difícil de detener la que está afectando a gran parte de las márgenes del sur del Mediterráneo. Todo comenzó en Egipto a principios de este año, y está retornando a su punto de partida luego de extenderse también por Argelia, Túnez, Albania y el Líbano. Es obvio que fue la revuelta en Túnez la que provocó que ahora también Egipto, por lo general menos combativo, se anime a cambiar algo, en vista de que el levantamiento en Túnez tuvo como resultado la caída del Gobierno y la huída del ex presidente Ben Ali. Estamos siendo testigos de una evolución que hace pocos meses parecía impensable.”


“Ciudadanos pierden el miedo”

Die Presse, de Viena: “El régimen de Egipto todavía tiene esperanzas. Todavía se consuela pensando que los sucesos que provocaron la revolución en Túnez, el pasado 14 de enero, respondían a una constelación diferente. Sin embargo, existen paralelos que deberían preocupar a Hosni Mubarak, el gobernante a perpetuidad de Egipto, como una alta cuota de desempleo entre los más jóvenes, la corrupción, una brecha social cada vez más grande y la falta total de perspectiva. Pero lo más peligroso para Mubarak es un fenómeno de psicología de masas que se manifestó ayer, martes, cuando al menos 15.000 personas marcharon por las calles de El Cairo. Los ciudadanos comienzan a perder el miedo.”


“Hizbolá aún no ganó la partida”

Le Figaro, de París: “Hizbolá, bajo la conducción del famoso Hassan Nasrallah, que cuenta con el apoyo de Siria y de Irán, figura en la lista de grupos terroristas de Washington. El millonario suní Nayib Mikati quizás no sea en este momento la peor de las soluciones para el Líbano, ya que de él se dice que es moderado y conciente de su responsabilidad, y que cuenta con la confianza de Occidente. En un país donde, debido a ciertos intereses, las alianzas políticas a menudo pesan más que la confesión religiosa, Mikati es, a falta de mejores alternativas, un candidato potable. Y tampoco está dicho que Hizbolá lo pueda utilizar para sus fines. Hizbolá todavía no ganó la partida.”


“Otro período de inestabilidad para el Líbano”

ABC, de Madrid: “Un grupo terrorista apoyado por la tiranía teocrática iraní y por la dictadura siria se ha hecho con el control del Gobierno libanés, una aberración que, tarde o temprano, tenía que producirse, porque las potencias occidentales han escatimado su apoyo a los demócratas libaneses. Para Hizbolá no existen ni el tiempo ni los sufrimientos causados, porque no tiene que rendir cuentas a nadie excepto a sus propios intereses. A los libaneses les espera ahora un nuevo periodo de inestabilidad —otro más—, y al conjunto de la región se le añade un desagradable ingrediente que enrarece innecesariamente la situación."

CP/dpa

Editor: Enrique López Magallón