Regalos a la vista
15 de diciembre de 2006Santa Claus, San Nicolás, Papá Noel, el Viejito Pascuero, o como se conozca al personaje navideño, está a punto de llegar a los hogares de Alemania. Pero no lo hará sin haber invertido antes un promedio de 375 euros por cada pequeña o pequeño alemán al cual visite la noche del 24 de diciembre. La mayoría de los regalos que repartirá, junto con su tradicional alegría, provienen de la República Popular China.
En el trineo, de todo
En el catálogo de regalos orientales que habrán de ser desenvueltos por niñas y niños alemanes hay casi de todo: desde marionetas hasta vehículos a control remoto. Por supuesto, no podían faltar las computadoras educativas, los instrumentos musicales y las temibles consolas de juegos.
En efecto, la Cámara Alemana del Juguete calcula que más de 50 por ciento de los regalos que habrán de repartirse durante la Nochebuena fueron fabricados bajo diversas marcas en tierras chinas, y, según algunos investigadores sociales, no en las mejores condiciones.
Niños explotados
El pasado mes de septiembre, la Comisión Europea manifestó su preocupación por los bajos estándares de calidad en algunos juguetes provenientes de China. En concreto, la institución informó que 85 por ciento de los juegos clasificados como peligrosos eran mercancía de origen chino.
El reproche no se limita a lo concreto: diversas organizaciones argumentan que, para que los niños europeos jueguen, muchos niños chinos deben sufrir a causa del trabajo infantil. Esto, pese a que desde principios de los años noventa se reparte entre los fabricantes chinos un código que pretende acabar con la explotación de menores.
Uwe Kleinert, del proyecto alemán Fair-spielt, dice que no es suficiente. "Falta transparencia en la información al alcance del consumidor", señala. Además, asegura que en fábricas chinas no solamente se explota a niñas y niños, sino también a mujeres de entre 18 y 30 años de edad. "Cuando la producción se intensifica por la temporada navideña, las jornadas de trabajo son extremadamente largas, de 12 ó 13 horas, siete días a la semana".
Derechos laborales como el salario mínimo, la seguridad en el ámbito de trabajo, o la ausencia por maternidad son inexistentes, afirma el representante de Fair-spielt.
Regalar felicidad
La industria alemana del juguete va más allá. Dicha organización hará pública una "lista blanca" con fabricantes alemanes que realizan los debidos controles sobre sus filiales chinas. "La industria alemana del juguete debe reconocer esta situación, y comprometerse para que haya condiciones humanamente dignas en las fábricas que la proveen", afirma Jürgen Bergmann, miembro de organizaciones eclasiásticas de ayuda al desarrollo en Baviera.
Como quiera que sea, Alemania se verá inundada de regalos durante la Nochebuena, y no sólo juguetes sino también ropa y otros artículos de uso personal. Si los jugueteros alemanes quieren compartir esta alegría, y recibir sus respectivos regalos, también deberán portarse bien.