Reina de belleza
27 de enero de 2007La figura femenina, sobre todo cuando es bien torneada, parece ir eternamente acompañada de la controversia. Así ha sucedido también en Alemania con los concursos de belleza, a un grado tal, que las cualidades de la mujer germana no se celebran una, sino dos veces al año.
Una de dos
Se llevó a cabo, muy lejos de los proverbiales fríos que anteceden al carnaval alemán, la primera de tales celebraciones: la fase definitoria del certamen Miss Deutschland. Los organizadores decidieron llevar a 17 jovencitas provenientes de igual número de estados federados al balneario egipcio de Hurghada. Ahí, cobijadas por un sol quemante y por aguas de tonos esmeralda, las bellezas hicieron las tradicionales caminatas por la pasarela, luciendo diferentes atuendos, maquillajes, e incluso –cosas de la mercadotecnia- aromas.
Ungidas de juventud, las chicas protagonizaron una férrea contienda que sólo se dirimió hasta el último instante. Como después de todo la belleza es apreciación subjetiva, acabó ocurriendo lo de siempre: triunfaron la corrección política y la moda.
Moderna y políglota
No es que la berlinesa Svetlana Tsys carezca de atributos suficientes para merecer el título (las imágenes hablan por sí solas). Es que esta concursante, simple y sencillamente, no dejó lugar a otra opción más que la victoria. Vea usted si no.
En el desfile de los vestidos de noche, Svetlana lució un moderno modelo en color rosa; ése que marca el estereotipo del tótem contemporáneo llamado Barbie, y que cuenta como sacerdotisa suprema a la nueva "chica material", Paris Hilton.
Luego, la joven concursante desplegó sus encantos multi-culti al hablar en tres idiomas (inglés, ruso y alemán). Con todo, el momento más cursi de la noche ocurrió cuando fue inquirida sobre el papel de la mujer en la sociedad. A esto, Svetlana respondió con precisión escalofriante: "Mucho es lo que ha cambiado, para bien. Después de todo, en Alemania tenemos a una mujer canciller: Angela Merkel".
Tras esa respuesta carente de todo escrúpulo, el título era prácticamente suyo. Todos los talentos y virtudes de la más cercana competidora, proveniente de Baviera, fueron pocos para el escalofriante pragmatismo de la capitalina.
Lo suyo es triunfar
Svetlana no se hubiera conformado con menos. Desde que tenía 14 años –es decir, hace cuatro-, ya se había alzado con el título de su ciudad. Pero cuando se descubrió el pequeño detalle de que no cumplía aún la edad mínima requerida, se vio obligada a devolver la corona. Al menos por ese instante, conoció un profundo dolor.
Acaso la bella joven aprenderá ahora, a su aún tierna edad, que la victoria más dulce puede ser efímera. Porque, como decíamos en Alemania no hay una, sino dos reinas de belleza al año. La próxima, cuya identidad se ignora aún, será elegida el próximo 10 de febrero. Nos referimos a Miss Germany, que se pondrá la corona en Baden Württemberg.
Así que quizá nos aguarde un espectáculo supremo, en el que no veamos a las contendientes en una faceta tan dulce. Acaso algún productor televisivo ya ha pensado encerrar a ambas reinas de belleza en un cuarto por un lapso de un mes, rodeadas de cámaras que registren cada una de sus cualidades y, sobre todo, que transmitan uno a uno sus defectos en cadena nacional. Sería un desenlace perfecto para concursos pasados de moda.