“Releer a Cortázar es una alegría mayúscula”
25 de agosto de 2014A la hora de celebrar los 100 años del escritor argentino Julio Cortázar, parece no ser necesario, al menos a primera vista, resaltar su formato como hombre de letras para América Latina. En Argentina se llevan a cabo gran número de actividades y eventos que ofrecen a los lectores la posibilidad de releer su obra, recordar su vida, y tienden al público joven un puente hacia el imaginario de sus relatos.
En Alemania, sin embargo, el eco del “Año Cortázar” no retumba demasiado fuerte. Sin duda, Julio Cortázar ha tenido una gran influencia en las obras de toda una generación de escritores argentinos, y su herencia como parte del boom se extiende también a toda América Latina. No solo es un referente de las letras hispanoamericanas, sino que “también ha sido y es aún muy leído en Alemania”, dijo el Dr. Frank Wegner, lector del departamento de Literatura Latinoamericana de la editorial Suhrkamp en entrevista con Deutsche Welle.
Su gran diversidad de temas es lo que lo convierte en un autor universal. Pero esa universalidad, al cumplirse 100 años de su nacimiento, se ha “canonizado”, según Wegner, con lo cual, como en toda canonización, se produce al mismo tiempo un efecto de “museización”, es decir, que el autor pasa a ocupar una esquina estática en el panorama de la literatura.
Según Wegner, ese fenómeno se puede comprobar en base a las cifras de venta: “En el lectorado alemán el interés y el entusiasmo por Cortázar y su obra es constante, pero no demasiado grande”. “Creo que, para el lector alemán educado, proveniente de la clase media instruida alemana –o lo que aún queda de ella- Cortázar es un referente de la literatura del siglo XX, una fuente de inspiración, pero ciertamente no es un escritor que llegue a las masas”, aclara.
“Rayuela” y el Cortázar fantástico
En círculos intelectuales alemanes, la obra más difundida del escritor es, de seguro, “Rayuela”, dice Wegner, la gran antinovela, que hizo estallar las formas de la novela tradicional, una obra anárquica y cumbre de la literatura moderna. “Pero Sin embargo, Cortázar es más conocido y más amado en Alemania por sus cuentos”, añade. “Es el Cortázar fantástico, el del humor paradójico y hasta dadaísta el que todos recuerdan”.
En opinión de Michi Strausfeld, experta en literatura iberoamericana en la editorial Fischer y antologista del boom durante los años 70, la actualidad de Cortázar, tanto en Alemania como en otros países, está fuera de todo criterio de mercado. “La vigencia de sus temas y de su literatura es extraordinaria”, dijo a Deutsche Welle, y coincidió con Wegner en que eso se debe “en especial a sus cuentos, que tocan temas cotidianos con los que el lector se identifica”. No obstante, según ella, las cifras de venta de Cortázar no pueden compararse con las de otros autores del boom. “El lector alemán no es muy adepto a las formas literarias breves como, por ejemplo, el estadounidense. La cultura del cuento es más fuerte en el continente americano que en Europa”, señala la experta.
¿Borges o Cortázar?
Si se lo compara con Borges, los lectores alemanes prefieren claramente a Cortázar, no solo por considerar a Borges “más elitista”, sino también por el hecho de que la literatura de Cortázar alcanzó mayor popularidad, llegando incluso al cine, como en el caso de “Las babas del diablo”, un cuento que fue llevado a la pantalla grande por Michelangelo Antonioni con el título de “Blow up”.
Suhrkamp es la única editorial en el mercado del libro alemán que aún provee de obras del autor: “Cortázar siempre fue un autor latinoamericano destacado en esta editorial, uno de los más importantes de Suhrkamp”, subraya Wegner. “Con motivo de la presencia de Argentina en la Feria Internacional del Libro de Fráncfort reeditamos obras suyas ya agotadas, y para el centenario de Cortázar, editamos Los autonautas de la cosmopista, de Julio Cortázar y Carol Dunlop, en nuestra serie Bibliothek Suhrkamp”, explica. La editorial no espera un aumento en las ventas de la obra de Cortázar con motivo del aniversario, pero “seguramente sus libros se seguirán vendiendo como hasta ahora, con solidez”. Especialmente las cifras de venta de “Rayuela”, así como de sus volúmenes de cuentos, denotan que en Alemania el interés por el escritor no decae.
¿Interesa todavía Cortázar a los lectores alemanes en tiempos de internet y de la cultura de digestión rápida? Para Frank Wegner, internet no ha cambiado las buenas costumbres de lectura ni la búsqueda de autores de valía, y no ha remplazado al libro impreso. "Lo que se lee en la red son novelas de entretenimiento", opina. “Cortázar sigue siendo interesante, sin duda alguna”, dice, por su parte, Michi Strausfeld. “Conocer a Cortázar por primera vez es un placer, y releerlo, una alegría mayúscula”. Según ella, Cortázar “jamás va a perder vigencia. Como dijo alguna vez Pablo Neruda, ‘quien no lee a Cortázar está perdido' ”.