Rescate de los bancos españoles
9 de junio de 2012Durante semanas, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se resistió a admitir lo que era en apariencia inevitable. España debe finalmente pedir la ayuda al resto de países de la eurozona para salvar algunos de sus bancos de la ola de quiebras. El orgulloso Rajoy, que relevó en el cargo al socialista Rodríguez Zapatero en noviembre de 2011, ha fracasado, al igual que su predecesor, en la gestión de la crisis. España no tiene suficiente dinero en su presupuesto para apoyar a sus bancos.
El país, sumido en la recesión y con una alta tasa de desempleo, no puede seguir pidiendo dinero a un costo razonable en los mercados financieros. El último recurso es acudir al fondo europeo de rescate, del que los bancos españoles recibirán hasta cien mil millones de euros para su saneamiento.
Un riesgo que asume el contribuyente
El riesgo lo asumen el resto de países de la eurozona. Sobre todo, Alemania. Dicho más precisamente: el riesgo es para quienes aportan el dinero. No por casualidad, la Asociación Bancaria Alemana ha insistido en el rescate a los bancos españoles, ya que la crisis del país mediterráneo repercute en bancos europeos que han invertido allí. Ayudando a los bancos españoles, la canciller alemana ayuda no solo a España sino también a las instituciones financieras alemanas.
Ahora solo la falta saber cuál será la reacción de los mercados financieros. Si el diferencial de los bonos españoles sigue siendo tan alto como hasta ahora, España tendrá que pagar no solo el rescate, sino también su deuda actual mediante el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). Es difícil valorar a cuánto ascendería esa cantidad. Los 200 mil millones de euros que actualmente conforman el FEEF alcanzan para rescatar a los bancos españoles.
En caso de que necesitara más, España tendría que acudir al fondo de rescate permanente, que en realidad comenzará a operar en julio bajo el nombre de MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad), aunque aún falta que el principal socio lo ratifique. La disputa sobre este asunto en el seno del Gobierno alemán y en la oposición debe resolverse lo antes posible. Ratificarlo es ahora una tarea urgente.
¿Italia será el próximo?
La presión internacional para que los países europeos y, sobre todo, Alemania, rescaten a aquellos países con exceso de deuda aumentará a partir de ahora. Se apremiará al Banco Central Europeo para emitir dinero con el fin de financiar a estos Estados. ¿Cuánto tiempo aguantarán Alemania y el BCE ante estas presiones? ¿Cuánto más tiene sentido resistirse?
Tras Grecia, Portugal e Irlanda, España es el cuarto país de la zona euro que no es capaz de financiarse por sí solo. Ello demuestra que las recetas que hasta ahora se han aplicado para hacer frente a la crisis han fracasado. El próximo podría ser Italia. En ese caso, no habría fondos de rescate suficientes para financiar la desbordante deuda del país alpino.
Mirada al abismo
Si después de las elecciones del 17 de junio, Grecia acaba sumida en el caos, yendo a la quiebra y abandonando el euro, la situación provocaría nuevas turbulencias en los mercados financieros. Los países de la eurozona se asoman a un profundo abismo y, de momento, no se ve la luz. Al contrario: Europa podría arrastrar a la economía mundial a la crisis.
Nadie tiene una solución convincente para salir de la crisis. El pacto fiscal, la unión bancaria y las tesis de quienes abogan por “más Europa” pueden quizá ayudar a evitar una futura orgía de endeudamiento. Pero es hoy cuando debemos actuar.
Autor: Bernd Riegert/MS
Editora: Emilia Rojas