Residuos radiactivos en aviones de British Airways
30 de noviembre de 2006La alarma provocada por misteriosa muerte de Alexander Litvinenko ha rebasado ya los círculos directamente relacionados con la investigación de este escabroso caso. A más tardar desde que el ministro del Interior británico, John Reid, informara este jueves al Parlamento de Londres que se han descubierto rastros de radiactividad en 12 lugares y en al menos dos aviones de la aerolínea British Airways, quedó en evidencia que no sólo oscuros personajes propios de una novela de espionaje pueden haber tenido contacto con el peligroso polonio 210, sustancia que habría causado el deceso del ex espía ruso, detractor de Vladimir Putin. Una tercera nave de la compañía aérea británica y dos aviones rusos también estaban siendo registrados en busca de residuos radiactivos.
Calma en Alemania
Las autoridades insisten en que no hay motivo de temor ni existe mayor riesgo para la salud de las personas que hayan viajado en los correspondientes vuelos de British Airways que, aparte de Moscú, aterrizaron en otras ciudades como Francfort, Düsseldorf y Barcelona. No obstante, la compañía ha habilitado una línea telefónica especial para los pasajeros (con el número 0044-191-211-3690). Igualmente se ha pedido a la gente contactarse con las autoridades sanitarias, para llevar a cabo exámenes de orina que permitirían detectar eventuales rastros de polonio.
Según British Airways, por ahora están siendo examinados en total 221 vuelos en Europa, que transportaron a más de 30.000 pasajeros. En Alemania la reacción ha sido bastante calmada. En la clínica del aeropuerto de Fráncfort no ha habido mayor afluencia de público y tampoco en terminal aéreo de Düsseldorf se han presentado viajeros afectados. En los laboratorios de Jülich y Karlsruhe donde se llevan a cabo los exámenes de orina sólo se han presentado unas docenas de personas. En suma, no se puede hablar de pánico ni nada que se le parezca.
Controles radiactivos
No obstante, quedan muchas interrogantes pendientes, más allá de las implicaciones policiales e incluso políticas que pudiera llegar a tener el caso Litvinenko. Por ejemplo: ¿Cómo es posible que se haya logrado llevar polonio a bordo de un avión de Britsh Airways, en medio de las redobladas medidas de seguridad tras advertencias de peligro terrorista emanadas precisamente de Londres hace un par de meses? ¿No hay acaso controles que permitan detectar sustancias radiactivas en los aeropuertos?
Consultado al respecto por DW-WORLD, el portavoz de la empresa Fraport, operadora del aeropuerto internacional de Fráncfort, destacó la eficacia de las medidas que se aplican en Europa, aunque no se puede responder de lo que pase fuera del continente. Si bien dijo no tener conocimiento de que se utilicen contadores Geiger en los terminales aéreos europeos, aseguró que los controles actuales también evitarían que se suba material radiactivo a los aviones, ya que estas sustancias sólo pueden ser llevadas en contenedores herméticos, aislados con plomo, para que no sufra daño el portador. Y ese metal sería fácilmente detectado. ¿Cómo llegaron entonces los residuos radiactivos a bordo de los aviones de British Airways? Una pregunta más que sigue abierta en este gran misterio.