Robo y restitución
19 de septiembre de 2008Luego de sus estudios de piano y composición en Varsovia y París, Wanda Landowska se convirtió en una de las instrumentistas y docentes de música más reconocidas del mundo. Su interés por el clavecín la llevó a adquirir y costear la reparación de numerosos instrumentos antiguos, en una colección única.
De Múnich a París
En 1940, los instrumentos fueron confiscados ilegalmente por el régimen nacionalsocialista y fueron almacenados durante tres años en una bodega de Berlín. Las piezas fueron trasladadas en 1943 a un depósito de arte robado en el monasterio de Raitenhasslach; cerca de Múnich. Ahí fueron encontrados por las tropas aliadas, que los hicieron transportar a París. Fue hasta noviembre de 1946 cuando la Comisión de Recuperación Artística devolvió la colección de instrumentos a su verdadera dueña.
Los casos de Wanda Landowska y de muchos otros afectados por el robo de arte a manos de los nazis son documentados en la exposición Robo y restitución, que fue inaugurada este viernes en el Museo Judío de Berlín.
Pero contrario a lo sucedido con la legendaria pianista, muchos otros robos de bienes culturales en perjuicio de ciudadanos de origen judío permanecen irresolutos. La apropiación unilateral de arte por los nacionalsocialistas era parte de una estrategia llevada a cabo de manera metódica en toda Europa.
El régimen de Adolf Hitler confiscó ilegalmente –robó- instrumentos musicales, obras de arte pictórico, colecciones fotográficas, bibliotecas enteras, y piezas de porcelana. Además, en muchas ocasiones despojaron a las víctimas de la vida.
Robo organizado
La muestra Robo y restitución arroja luz sobre la manera como los nazis llevaron a cabo este robo organizado, para lo cual se valían de grupos como el llamado Soderauftrag Linz (Tarea especial Linz).
También critica el papel muchas veces oportunista de museos, galerías y coleccionistas de arte ante el despojo de que fueron objeto los ciudadanos de origen judío.
Las propias medidas de restitución adoptadas en los años cincuenta no fueron del todo pulcras, por lo que los curadores de la exposición revisan tales políticas con ojos críticos. Los directivos del Museo Judío de Berlín hacen énfasis en que el debate en torno del robo de arte a manos de los nazis permanece vigente.
Contra el olvido, internet
Una parte importante de la muestra la conforma el sitio de internet de la exposición (ver liga más abajo). En él, el visitante puede hacer uso de herramientas interactivas para conocer más sobre la historia del robo de arte. Esto incluye un glosario completo, con la historia de personajes siniestros como Franz Alfred Six, encargado del área de “Investigación del enemigo”, dentro de los servicios secretos nazis. En dicha comisión, Six se dio a la tarea de conformar una amplia biblioteca sobre temas judíos, con libros confiscados ilegalmente.
La página cibernética también presenta un juego en el que los visitantes, de manera jovial, asumen un personaje y luego se confrontan con la decisión de quedarse o no con las piezas robadas a personas o familias de origen judío. La muestra fue realizada en colaboración con el Museo Judío de Frankfurt y estará abierta en Berlín hasta el 25 de enero de 2009.