Rompiendo con lo establecido en el Festival Richard Wagner
25 de julio de 2007Katharina Wagner tiene 29 años y se estrena como directora en el Grüner Hügel, la Colina Verde, el escenario que su bisabuelo inaugurara en 1876 y en el que desde hace más de un siglo sólo se representan obras de Richard Wagner.
A Richard Wagner le gustaban las historias largas. Someter a su público al ejercicio de prestar atención durante cinco horas nunca le ocasionó ningún cargo de conciencia, como sucede en Los Maestros Cantores de Núremberg, la obra predilecta del admirador más conocido de Wagner, Aldolf Hitler.
Por los maestros cantores se ha decidido Katharina Wagner, y con esta obra no sólo se inicia ella sino que pretende iniciar la revolución en el festival que lleva su mismo apellido. Ante el montaje moderno que ha hecho de la ópera de su bisabuelo dice esperar del público "un fuerte rechazo y poca aceptación".
Cinco semanas con Wagner
El Festival Richard Wagner es por su resonancia internacional el más importante de Alemania. Se celebra cada año en la ciudad bávara de Bayreuth y entre las personalidades que se esperan en esta edición se encuentran la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
Organizado desde sus inicios por miembros de la familia Wagner, éste es un festival apegado a la tradición. Pero "también las tradiciones surgieron de algún sitio. Es decir, que en algún momento, al principio, tuvieron que ser algo nuevo", dice Katharina Wagner en una entrevista al portal cultural "festspiele.de".
Katharina Wagner está dispuesta a romper con la tradición y a dejar que lo nuevo nazca, pero no quiere que lo moderno de su escenificación sea visto como una "tosca provocación y un simple escándalo. Tras ella se esconde un trabajo serio", asegura.
Cinco semanas dura el Festival Richard Wagner y la adaptación de Los Maestros Cantores de Núremberg que prepara la directora abrirá el acontecimiento, pero no será la única obra que los amantes de Wagner podrán disfrutar. Parsifal, Tannhäuser y como no, El anillo de los Nibelungos, podrán verse y escucharse en Bayreuth.
Una discusión familiar al margen
Desde que el Festival Richard Wagner es el Festival Richard Wagner, y eso nunca fue de otra manera, los Wagner han llevado la voz cantante en el evento y se han transmitido de padres a viudas y de viudas a hijos y nietos la labor de organizar el encuentro musical.
De manos del propio Richard Wagner, que murió siete años después de que en el Güner Hügel se levantara por primera vez el telón, la administración del festival pasó a Cosima Wagner, la esposa del compositor. Ésta le encomendó la tarea organizativa a su hijo Siegfried, que a su vez la dejó en manos de su viuda, Winifred. Después de Winifred asumieron los nietos de Wagner, primero Wieland y despúes Wolfgang, las funciones directivas del festival. Entretanto Wolfgang ronda ya los 88 años y, sin haber renunciado a su papel en Bayreuth, ha delegado en esta ocasión la tarea administrativa en su hija Katharina.
Katharina está dispuesta a hacerse cargo del evento en el momento en que su padre se decida a renunciar, pero no es la única. Su hermanastra Eva Wagner-Pasquier y su prima Nike Wagner también quieren ser la tercera mujer de la saga a cuyo cargo se deje el renombrado festival. El enfrentamiento abierto de las damas se lleva a cabo a través de la prensa y adquiere ya todo el carácter wagneriano que requiere tanta repetición de un mismo apellido.