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Rueda de prensa alemana: donde Trump perdería el control

Jens Thurau | Ralf Bosen
23 de enero de 2019

Donald Trump nunca ha escondido su menosprecio hacia gran parte de la prensa. Ahora, el presidente de EE. UU. cuestiona la relevancia de las conferencias de prensa. En Alemania sería algo muy difícil de imaginar.

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New York Präsident Trump
Imagen: picture-alliance/AP Images/P.M. Monsivais

La relación de Donald Trump con la prensa está, desde hace mucho tiempo, resquebrajada. Ahora también culpa a los medios de que su portavoz, Sarah Sanders, apenas realice conferencias de prensa. El motivo es que "algunos periodistas informan de manera muy grosera e incierta”, escribió el presidente en Twitter. Según él, la mayoría de los medios de comunicación no informan sobre él de manera equilibrada, "de ahí (el uso) de la expresión 'Fake News'”.

El mensaje de Trump es un golpe contra CNN, New York Times y Washington Post, medios de comunicación estadounidenses cuya labor es observar muy de cerca al actual presidente y comprobar si sus declaraciones son ciertas. En el caso actual, no se está cuestionando la cantidad de conferencias de prensa. Se trata, en última instancia, del poder sobre la información y sus interpretaciones. La Asociación de Corresponsales de Prensa de la Casa Blanca reaccionó con rapidez y dureza ante la decisión de Trump de cancelar las conferencias de prensa, porque supone "un paso atrás en cuanto a transparencia y responsabilidad, que establece un precedente terrible".

Sarah Sanders, portavoz de Donald Trump.
Sarah Sanders, portavoz de Donald Trump.Imagen: picture-alliance/dpa/M. Brochstein

Intercambio de reproches en la Casa Blanca

Desde hace meses, los corresponsales en Washington se quejan de la escacez de conferencias de prensa de Sanders. Con otros presidentes había reuniones informativas semanales. El objetivo de Trump es, aparentemente, evitar críticas y explicaciones. Su manera de responder es a través de tuits, contestar las preguntas entre las reuniones con sus gabinetes o antes de subir a su helicóptero.

En noviembre de 2018, Trump dijo al reportero de CNN Jim Acosta que era "una persona grosera y terrible”. El periodista hizo preguntas críticas al presidente y este reaccionó muy enojado. Ese mismo día, a Acosta se le retiró su acreditación permanente.

Donald Trump durante una conferencia de prensa con Jim Acosta.
Donald Trump durante una conferencia de prensa "hablando" con Jim Acosta.Imagen: Reuters/K. Lamarque

BPK: preguntas incómodas y críticas

En Alemania algo así sería impensable. La canciller, Angela Merkel, invita a los corresponsales en Berlín a la cancillería, y estos necesitan una acreditación especial. El Gobierno decide allí quién puede hacer preguntas. Pero hay también otra institución que se encarga de que el Gobierno no pueda escabullirse de las observaciones y preguntas críticas de los reporteros. Se trata de la Rueda de Prensa Federal o BPK (por sus siglas en alemán).

A menos de un kilómetro de la cancillería, la BPK cuenta con una sala donde se dan cita políticos y periodistas, en el primer piso. Esta asociación tiene una peculiaridad: está formada por 900 miembros, todos periodistas. El único requisito para pertenecer a esta asociación es que la labor principal de sus miembros sea informar sobre política nacional.

Tres veces por semana, los portavoces de la canciller y de todos los ministerios informan sobre las acciones gubernamentales. El acto es coordinado por un miembro de la BPK. Es decir, que es siempre un un periodista el que decide quién realiza las preguntas. También acuden a estas citas ministros, partidos políticos, sindicatos y representantes religiosos. La batuta la llevan siempre los periodistas.

Sin embargo, la BPK no es el paraíso. Las citas con los portavoces son, con frecuencia, actos aburridos a los que acuden cada vez menos trabajadores de prensa. Estos intentan evadir las preguntas, a veces no están bien informados, o la información es escasa. La canciller acude a la BPK una vez al año, como mínimo, y entonces la sala está repleta de periodistas.

¿Por qué hay tan pocos periodistas en dichas ruedas de prensa? Porque se emiten en vivo, y muchas redacciones en Berlín pueden verlas desde un escritorio. Eso es práctico, desde el punto de vista laboral, pero nocivo para la cultura activa del diálogo. Sin embargo, la sala donde se realiza la BPK es precisamente el lugar donde se vive la libertad de prensa. Un episodio como el de Trump cuando le quitó la acreditación a Jim Acosta, no podría tener lugar en una rueda de prensa federal alemana.

(RMR/CP)

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