Rusia debe sumarse
23 de octubre de 2002
Las más recientes catástrofes naturales, las riadas que sumergieron por varios días a las ciudades aledañas al río Elba dejando algunos muertos y miles de millones de pérdidas materiales en Alemania, evidencian la urgencia con que se deben tomar medidas para tratar de reducir los cambios climáticos provocados por el efecto invernadero. De ahí la clara exhortación alemana a los países participantes en esta última ronda de negociaciones a despejar el camino para que se puedan implementar las regulaciones necesarias para la protección ecológica.
La meta de Delhi
Para poder tratar de frenar los cambios climáticos, las naciones industrializadas deberán comprometerse a reducir aún más sus emisiones de gas a partir del 2012, mientras que los países en vías de desarrollo deberán comprometerse a cumplir con regulaciones para la protección de la ecología. Vital para poder despejar el camino resulta que Rusia se una a la lucha. Esta es la tarea que se ha impuesto el gobierno alemán que estará representado en Nueva Delhi por el ministro de Ecología y Medio Ambiente, Jürgen Tritttin. Representantes alemanes explican que la meta principal en esta octava ronda, es convencer a los rusos de que ratifiquen lo antes posible el Protocolo de Kyoto de 1997.
Comprar excedentes
Un paso definitivo, pues con la firma de Rusia se podría echar a andar finalmente el protocolo que prevé la reducción de gases contaminantes en los países industrializados. Todo será cosa de negociación, pues Rusia está especialmente interesada en sacarle jugo a los llamados derechos de emisión. Rusia cuenta con derechos excedentes para la emisión de dióxido de carbono. Según lo estipulado en el Protocolo de Kyoto puede vender estos excedentes y ahora que Estados Unidos ha decidido abandonar el barco, anulando su papel de principal comprador potencial de estos excedentes, toca a la Unión Europea tratar de equilibrar la situación y ofrecer alguna compensación.
Estados Unidos indispensable
El gobierno alemán pretende asumir en el marco europeo el papel de precursor en la lucha contra la contaminación. El compromiso de reducir en el mediano plazo sus emisiones de gases tóxicos en un 20 por ciento, no deja de ser un esfuerzo importante, pero todo el mundo está consciente de que mientras Estados Unidos no decida sumarse a los esfuerzos internacionales, cualquier protocolo no dejará de ser más que un tigre de papel.