Rusia elige a su nuevo presidente
2 de marzo de 2008Este domingo ha comenzado ya la jornada electoral en Rusia. En ella se decide quién será el sucesor de Vladimir Putin en la presidencia de ese país. Debido a las diferencias horarias, en el extremo Este de la Federación Rusa la votación se inició de hecho a las nueve de la noche del sábado, hora centroeuropea. Los últimos distritos cerrarán sus puertas a las siete de la noche del domingo de acuerdo con el mismo huso horario.
Se anticipa que será una votación tranquila, entre otras cosas porque muchos dan como un hecho la victoria de Dimitri Medvedev, el candidato promovido por Putin. Éste ya emitió su voto junto con su esposa Svetlana en una casilla ubicada cerca de la universidad moscovita, según informó la agencia Interfax.
“Llegó la primavera”
“Estoy de buenas. Ha llegado la primavera”, dijo Medvedev haciendo alusión al esplendoroso clima que priva en la capital rusa este fin de semana.
Apenas el viernes, Putin había hecho un llamado a la ciudadanía para que ejerciera su derecho al voto. Esta elección, dijo, será un avance decisivo en la conformación de una nueva dirigencia al frente del país. El aún presidente no mencionó a Medvedev, pero sí lanzó un exhorto a las y los rusos para que decidieran, con su voto, cómo se resolverán las cuestiones más importantes para el futuro de Rusia.
“¿Quién de los candidatos puede ser realmente el más valioso en su calidad de jefe de Estado para los millones de ciudadanos de esta patria extraordinaria?”, preguntó Putin en su discurso televisado. “Cada uno tiene la posibilidad de responder a esta pregunta, ejerciendo un voto consciente en la elección presidencial”, agregó el mandatario que, de acuerdo con la legislación rusa, no pudo aspirar a un tercer periodo al frenre del Kremlin.
¿Quiénes son los auténticos enemigos?
Medvedev, que hasta el momento se desempeña como viceprimer ministro, aparece como amplio favorito debido a sus largos años de colaboración con Putin, y también porque la oposición luce a modo para la victoria del aliado presidencial.
A los candidatos verdaderamenrte incómodos les fue retirada la posibilidad de registrarse como tales. Entre ellos figura el antiguo primer minsitro Kasianov o el ex campeón mundial de ajedrez, Gari Kasparov.
Así, los electores tendrán que decidir entre Medvedev, el comunista Gennadi Siuganov, el ultranacionalista Vladimir Shirinovski, y un político para muchos desconocido que responde al nombre de Andrei Bogdanov. Las encuestas señalan una posible victoria de Medvedev con casi 80 por ciento de la intención de voto.
Así, lo más emocionante de esta contienda por la presidencia será ver cómo se las arregla Medvedev para hacer frente a los ‘'halcones'' del Kremlin. Para los servicios secretos rusos, un político sin carrera en tales menesteres sólo merece ser visrto con desconfianza.
De la misma manera, las promesas de Medvedev en cuanto a declararle la guerra a la corrupción y al “nihilismo jurídico” parece más bien una declaración de guerra puesto que los espías controlan buena parte de la economía del país.
El candidato de 42 años ha fungido además como presidente del gigantesco consorcio energético Gazprom. En sus discursos se presenta como un gerente liberal y un político abierto al mundo que podría incorporar a Rusia incluso a un tema que a los rusos les despierta suspicacias: el cambio climático.
En cambio, Medvedev no ha dicho mucho acerca de lo que sería su relación como preidente con su candidato favorito a primer ministro; es decir, el propio Vladimir Putin. El reto en este sentido es descrito por el aspirante presidencial en términos muy vagos: se trata, dice, de “reconciliar nuestras tradiciones nacionales con los valores democráticos fundamentales”.
Economía: auge y dudas
El éxito de Putin como presidente se basa, según muchos expertos, en el hecho de que su estilo de gobernar es aceptado por la mayoría de los rusos. De acuerdo con una encuesta del instituto de opinión Lewada, 62 por ciento de las y los ciudadanos ven al actual mandatario como una persona “activa y enérgica”; tales valores son atribuidos a Medvedev solamente por 32 por ciento de las y los encuestados. Asimismo, los posibles electores consideran mayoritariamente que Putin ha llevado a cabo una adecuada política económica.
En efecto, las medidas adoptadas por el actual gobierno han estabilizado las condiciones de vida de grandes masas en Rusia. Económicamente, el país marcha hacia delante. Empresas occidentales como las multinacionales McDonald's o Ikea inauguraron sucursales en tierras rusas.
Pero 81 por ciento de las personas que participaron en el mismo sondeo de opinión dijeron estar preocupadas por el aumento en los precios; la mitad consideró que la pobreza entre la población –y más aún, su empobrecimiento- son problemas que merecen consideración.
Un tercio de las y los encuestados perciben que se han profundizado las brechas entre los pobres y los ricos, además de que se han encarecido los servicios básicos de salud.
Problemática repartición de poder
Cuando Putin tomó las riendas del Kremlin hace ocho años, Rusia prssentaba grandes problemas de endeudamientos público y de incertidumbre social. Su sucesor, en cambio, se encontrará con un poder centralizado; la deuda exterior está equilibrada y, en consecuencia, el país se ve a sí mismo con renovada confianza.
Lo que despierta dudas es la supuesta intención de repartir el poder entre el futuro presidente y el futuro primer ministro. La politóloga Lila Shezova opina que comenzarán a presentarse turbulencias en el Kremlin apenas sean presentados los equipos de trabajo de ambos funcionarios.
“Habrá una lucha por controlar las finanzas, el aparato estatal en su conjunto, y el prestigio”, pronostica la experta del Centro Carnegie en Moscú. Medvedev anunció ya que en el futuro habrá sólo un centro de poder en Rusia: la presidencia.