Rusia: prevalece una diplomacia de palabras duras
19 de abril de 2014En una entrevista transmitida este sábado (19.4.2014) por la televisora estatal rusa, el hombre fuerte de Moscú, Vladimir Putin, se mostró conciliador de cara a Occidente, celebrando la elección del ex primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, como nuevo secretario general de la OTAN y asegurando que no ve obstáculos en el camino hacia la normalización de las relaciones entre Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea. “Eso no sólo depende de nosotros, sino también de nuestros socios”, dijo al moderador del programa noticioso Vesti, Sergei Brilyov.
La cordialidad exhibida por Putin disimula bien la presión bajo la que se halla: la Casa Blanca lo insta a convencer a los rebeldes prorussos en Ucrania de entregar las armas y desocupar los edificios gubernamentales que han invadido, y los separatistas que controlan una decena de pueblos en el oriente de la exrepública soviética se niegan a doblegarse. El presidente estadounidense, Barack Obama, insiste en que impondrá nuevas sanciones sobre Rusia si el Kremlin no cumple lo acordado el 17 de abril en las negociaciones de paz de Ginebra.
Putin no necesita alzar la voz para pedirle moderación a sus interlocutores en Kiev, Bruselas y Washington. Lo que prevalece es una diplomacia de palabras duras. Rusia ha vuelto a advertir que tiene tropas estacionadas en la frontera ucraniana, listas para entrar en acción, y le ha exigido a Ucrania que pague en el curso de un mes los 2.200 millones de dólares que le adeuda por el suministro de gas. “No podemos esperar eternamente”, señaló Putin en la entrevista de Rossiya, alegando que su país no puede costear el mantenimiento de un “pueblo de 45 millones de personas”.
Dimes y diretes
El líder del Kremlin envió una carta a los dieciocho Estados europeos que reciben gas ruso a través de Ucrania, país de paso, alertando que una crisis energética podría estar a la vuelta de la esquina, a pesar de que poco antes había asegurado que Rusia garantizaría el suministro de gas, independientemente de las tensiones políticas. Putin dijo desconocer por qué había recibido una respuesta “conciliadora” del presidente de la Comisión Europea cuando José Manuel Durao Barroso no era ni el destinatario de su misiva ni cliente del suministro.
Estos dimes y diretes de alto nivel dejan entrever todo lo que está en juego para las partes en discordia. En Kiev se cuida mucho lo que se dice y en qué tono se articula con miras a reducir las tensiones que amenazan la estabilidad de Ucrania. La ex primera ministra Julia Timoshenko, candidata presidencial para los comicios del 25 de mayo, quiere convocar en Donetsk a una mesa redonda con la participación de los separatistas prorrusos y las otras fuerzas del país para negociar una solución pacífica al conflicto nacional.
Timoshenko dice estar convencida de que “un compromiso es posible”. Haciendo una concesión a los militantes ucranianos de habla rusa, también el primer ministro de Ucrania, Arsenyi Yatsenyuk, prometió salvaguardar la lengua rusa y propiciar la descentralización del poder en el país. Mientras tanto, el ministro de Exteriores ucraniano, Andriy Deshchytsya, sugirió que las autoridades se abstendrían temporalmente de iniciar cualquier acción militar. La meta es allanar el terreno lo antes posible para el cumplimiento del acuerdo de Ginebra.
ERC (dpa / Reuters / AFP / AP )