Salman Rushdie: “La vida no se ajusta a la literatura”
17 de septiembre de 2013
En el Festival Internacional de Literatura de Berlín todos esperaban a Salman Rushdie, el escritor indio-británico que escapó de la fatwa que lo condenó a muerte, sentenciada por el ayatolá Jomeini en 1989, y que lo conminó a huir permanentemente, cambiando su identidad, su domicilio, y a vivir bajo vigilancia policial.
Su nombre en la clandestinidad, desde hace más de diez años, es “Joseph Anton”, que también es el título de su autobiografía, publicada en 2012. Debido al escaso control policial a la entrada del festival, un periodista le preguntó si se sentía seguro a pesar de eso. El autor, de 66 años, reaccionó con visible calma: “Me parece totalmente deprimente que la primera pregunta que me haga sea acerca de la seguridad”. Añadió, además, no estar dispuesto a hablar sobre la fatwa que lo condenó hace más de 20 años. “Sería muy amable de su parte si me plantea alguna pregunta que tenga que ver con la literatura”, solicitó Rushdie. A la pregunta sobre la elección del título de su autobiografía, “Joseph Anton”, el autor explicó que, luego de huir de la condena a muerte, se le recomendó elegir un nombre que no sonara indio. “Tuve no solo que abandonar mi identidad, sino también mi origen”, señala el escritor.
Quema de libros y amenazas de muerte
El detonante de la condena a muerte fueron los “Los versos satánicos”, una novela que, según el ayatolá Jomeini, era un “ataque al Islam, a los profetas y al Corán”. A la fatwa le siguieron quemas de libros y amenazas de muerte, no solo contra el autor, sino también contra sus traductores y editores. "Fue la peor experiencia de mi vida”, resume Rushdie. Pero durante su huida, “el pequeño escritor que hay en mí me susurraba que allí había material para una muy buena obra”, bromea. A pesar de eso, “hubiera preferido, por supuesto, que no hubiese pasado de ser una ficción creada por mi imaginación”. Claro que tuvo que tomar distancia de los hechos para poder elaborar la historia. “Quería tener el control total sobre el material”, dice Rushdie. “No tenía la intención de volcar mis emociones en el papel”.
Con ayuda de antiguos diarios de esa época, Rushdie completó la historia. Solo cambió el nombre de más de 100 funcionarios de la Policía, explica, que lo vigilaron y acompañaron durante ese tiempo. “El problema de la vida real es que no se ajusta a los parámetros de una trama interesante. Los hechos se suceden lentamente y no siempre están en conexión unos con otros”.
“Vivir una vida normal”
Salman Rushdie, que hoy vive y trabaja en Nueva York, necesitó cuatro años para escribir su autobiografía, una época en la que, según él, estaba a menudo de muy mal humor “a causa del material con el que me confrontaba”. Ahora siente la necesidad de escribir una historia “totalmente ficticia”, pero no da más detalles al respecto. “Mi próximo libro será el libro más surrealista que jamás haya escrito”, anticipa.
Acerca de si alguna vez se arrepintió de haber escrito “Los versos satánicos”, Rushdie dice que no, por el contrario, que está orgulloso de su libro y de cómo superó ese “ataque inaudito”. Actualmente, su creación es una obra como cualquier otra. “Por fin puede tener una vida normal, algo que no pudo hacer durante mucho tiempo”.
Autora: Naomi Conrad/ CP
Editor: Diego Zúñiga