Salvar Opel en Bochum, ¿misión imposible?
21 de octubre de 2004Después de siete días de huelga, el 80 por ciento de los trabajadores de la firma Opel en Bochum votaron por reanudar las labores: 6400 se manifestaron a favor, 1700 en contra. Después de un acuerdo con la gerencia de la empresa, se levantó el bloqueo en la entrada del gigante automovilístico y la producción se retomó a primeras horas de la tarde.
Beneplácito en las cúpulas
Dietmar Hahn, presidente del comité de la empresa, declaró su complacencia por los resultados, y a la vez defendió el método utilizado, que muchos trabajadores percibieron como una manipulación: se trataba de votar por iniciar negociaciones y retomar el trabajo, ambas cosas juntas. Satisfacción manifestaron también los dirigentes de la Opel y los del sindicato IG-Metall. Los primeros subrayaron su voluntad de lograr que Bochum vuelva a ser competitiva. Los segundos catalogaron la resolución de los trabajadores como una señal de buena voluntad frente a las difíciles negociaciones que se vienen, y recalcaron que la huelga sentó un claro precedente: Opel no puede tratar a los trabajadores como "conejitos".
Recortes en toda Europa
La planta de Bochum, donde se fabrican los modelos Astra y Zafira, es una de las más afectadas por los planes de General Motors y en ella podrían desaparecer unos 4.000 empleos. El grupo estadounidense, que ha perdido en Europa unos 2.400 millones de euros en los últimos cuatro años, quiere suprimir 12.000 empleos en sus factorías europeas, 600 de ellos en la planta de Figueruelas, al noreste de España, y 10.000 en las fábricas de Opel en Alemania. En la planta belga de Amberes desaparecerán 300 empleos y en la sueca de Trollhattan, donde se fabrica la marca Saab, otros 500.
El fantasma de Flint
Durante los días que duró la huelga, el documental de Michael Moore acerca de la suerte de la población de Flint, en Michigan, fue como una mirada al futuro de Rüsselsheim y Bochum: A comienzos de los años 70, las 15 plantas de Flint daban trabajo a 80.000 personas. General Motors entonces, y con los mismos argumentos que hoy en Alemania, .comenzó con las medidas de recorte. Hoy son menos de 20.000 los empleados en las 4 plantas que quedan en una ciudad fantasma, con un porcentaje de desempleo que fluctúa entre el 8 y el 10 por ciento. Parecido es el caso de Linden, Nueva Jersey: entre el 2005 y el 2007, la nómina de la empresa adelgazará en tres mil nombres.
Se veía venir
El asunto estaba cantado, opinan analistas, pues desde 1999 GM Europa arroja pérdidas. Los estudios financieros indican que las plantas alemanas son las de mayor costo de producción. "Es decir, lo mismo que en Flint o Nueva Jersey: o la producción se abarata o el chiringuito se cierra. Visto por otro lado, sin embargo, el hecho de que Flint y Linden precedan a Bochum es clara prueba de que el error no puede estar sólo en los altos costos en Alemania. Pocas ventas, demasiados emplazamientos" son, según analistas, los términos que resumen la fuente de la crisis de GM. Si la táctica acuñada por General Motors, que dista mucho de ser justa, se ha manifestado como poco eficiente, ¿se logrará en Alemania lo que en Flint fue imposible?