Schalke tiene un nuevo héroe: ¡Raúl!
14 de abril de 2011En la noche del miércoles 13 de abril Raúl tuvo uno de esos gestos que se quedan para siempre en la memoria de los seguidores del balompié, uno de los que hacen de la estrella un ídolo, y del ídolo un héroe de esos de los que se habla durante una eternidad.
Cumplido el histórico partido de vuelta del Schalke en cuartos de final de la Champions League, que terminó con una convincente victoria (2-1) sobre el defensor del título, el Inter Milán, gracias a la cual el equipo alemán alcanzó por primera vez el paso a la semifinal de la competencia, el delantero español decidió celebrar a su manera, una muy particular que conllevó a que el estadio entero se rindiera a sus pies.
“Gracias, señor Raúl”
Mientras sus compañeros festejaban el triunfo en la cancha luego del pitazo final del partido en Gelsenkirchen, Raúl se separó de ellos y sin que nadie se lo exigiera emprendió en solitario un trote en dirección a la tribuna de las barras populares. Los aficionados al verlo venir hacia ellos empezaron a corear su nombre y a gritar lo que gritan cuando el español anota un gol: “¡gracias señor Raúl!”.
El delantero ibérico se dejó señalar por los guardias de seguridad el camino más corto para superar las barreras, acceder a las graderías y sumarse al público que tenía ahora dos motivos de felicidad: haber ganado el partido y celebrarlo con su principal protagonista. La afición recibió a Raúl con los brazos abiertos y éste les devolvió el saludo con un afectuoso abrazo, si bien no a todos y cada uno de ellos, sí a muchos de los muchísimos que se le acercaron.
Megáfono en mano, y más en español que en alemán, aunque quienes lo escucharon cuentan (y contarán en el futuro) que lo hizo muy bien en el idioma extranjero (para él), empezó a cantar y a animar a las barras con bailes cuya única coreografía era la alegría. Luego de varios minutos de festejo total, y despojado de la mítica camiseta con el número 7 que algún afortunado hincha del Schalke se llevó a casa de regalo, dijo “me esforcé todo lo que pude y creo que no estuvo mal, estoy convencido que entendieron lo que dije”.
También con fútbol se hace querer
Para aquellos que no comprendieron sus palabras Raúl habló con fútbol en la cancha; por ejemplo en el minuto 45 cuando su compatriota español José Manuel Jurado le sirvió un pase genial que transformó en gol, el primero de la noche que le ponía fin al sueño del Inter Milán de defender su título en la Champions League. El delantero recibió el balón y con la agilidad de un adolescente –pese a sus 33 años- dribló al arquero rival y sin apuros lo introdujo en la red.
Pero eso no sería todo, con un marcador transitorio de 1-1 Raúl recupera la pelota en la mitad de la cancha, da un par de pasos y súbitamente la eleva por encima de toda la defensa del equipo italiano dejándola en la trayectoria de su compañero Benedikt Höwedes quien anota el segundo gol del Schalke, el de la victoria. Ese pase, en el minuto 81 del partido, es una de las muchas razones por las cuáles el fútbol alemán, sin embargo agradecido, se pregunta ¿por qué el Real Madrid dejó partir a un jugador de semejante calidad?
Por sus goles, por su moral de trabajo, por su hambre de triunfos, y ante todo por sus gestos llenos de calidez humana, el Schalke (y Alemania) tiene(n) un nuevo héroe y su nombre se lee en español: Raúl González Blanco.
Autor: Daniel Martínez
Editor: Pablo Kummetz