Por un cupo en la Champions League
17 de mayo de 2013Mientras el Schalke está acostumbrado a las grandes competencias internacionales, y es considerado campeonato tras campeonato candidato al título, o a representar a la Bundesliga en el exterior, el Friburgo es todo lo contrario, un club de provincia, modesto, humilde y subestimado, cuando no desconocido, en el mundo del fútbol de elite.
Las características de los dos equipos, y el hecho de estar separados en la tabla de posiciones por tan solo un punto, ha convertido el partido por el cuarto lugar en la clasificación de la Bundesliga en un gran espectáculo que acapara la atención de los aficionados al fútbol alemán.
David contra Goliat
La Bundesliga tiene derecho a cuatro cupos en la Champions League, tres de ellos, los tres primeros al final del torneo, de forma directa, y otro más, el cuarto, jugando una serie clasificatoria que de ganar le pone en la fase de grupos. En caso contrario el equipo debe contentarse con disputar la Liga de Europa.
Actualmente el Schalke se encuentra en ventaja pues con 52 puntos en el tablero es cuarto y un empate le bastará para obtener el codiciado cupo que le permita aspirar a competir en la Champions League, algo que usualmente logra. El Friburgo, por su parte, jugará en su estadio, con el respaldo de su público, sabiendo que una victoria será suficiente para recompensar la gran temporada del equipo con un premio con el que ni siquiera se atrevían a soñar los más audaces de sus seguidores.
El enfrentamiento entre los dos equipos es una versión futbolística de David contra Goliat. El Schalke es en Alemania uno de los clubes gigantes: su afición es una de las más numerosas y emotivas de la Bundesliga, su patrocinador es la poderosa firma de energía rusa Gazprom, su plantilla es la tercera más costosa del país (163 millones de euro), y en sus filas hay estrellas internacionales como el juvenil alemán Julian Draxler, los holandeses Klaas-Jan Huntelaar e Ibrahim Afellay, el peruano Jefferson Farfán y el brasileño Michel Bastos.
Friburgo, en cambio, apenas cuenta con un presupuesto de 51 millones de euro que es la tercera parte del de su rival, no tiene estrellas rutilantes y apenas un futuro jugador de la selección alemana, Max Kruse, quien debutará en el equipo nacional durante la gira que en un par de semanas se hará por Estados Unidos.
Un hincha poderoso
Pero si bien el Friburgo no es tradicionalmente protagonista del fútbol alemán, por lo menos cuenta con el respaldo de una de sus figuras más importantes, el seleccionador Joachim Löw, vecino de la ciudad, quien en 1978 debutó como jugador profesional vistiendo el uniforme del club y acude regularmente al pequeño estadio del equipo con capacidad para únicamente 24.000 espectadores.
“Friburgo no tiene nada qué perder, al Schalke, en cambio, le toca lograr el cupo a la Champions League. Este es el partido más emocionante de la última jornada de esta temporada de la Bundesliga”, afirma Löw, quien no oculta su admiración por el trabajo del entrenador del Friburgo, Christian Streich, de quien dice “su trabajo se ve claramente en la forma como juega el equipo, y yo le he visto muy buenos partidos”.
Autor: Daniel Martínez
Editor: Claudia Herrera Pahl