Schweinsteiger: 100 partidos con la selección

Estadio de Kaiserslautern, 6 de junio de 2004. Alemania juega contra Hungría, en recuerdo del 50 aniversario del “Milagro de Berna”. El 4 de julio de 1954, Alemania Federal y Hungría se había enfrentado en la final del Mundial. Contra todos los pronósticos, Alemania derrotó a Hungría por 3:2 y se coronó campeón mundial por primera vez en su historia.

Cincuenta años después debutaban en la selección alemana dos promisorios jóvenes: Lukas Podolski y Bastian Schweinsteiger. Fue el comienzo de dos estelares carreras en la selección nacional alemana, aunque no comenzaron muy bien: ese amistoso lo perdió Alemania por 2 a 0.

Podolski ha jugado ya 111 partidos con la selección. Bastian Schweinsteiger, hoy de 29 años, jugará su partido número 100 contra Suecia (el martes 15.10.2013, a las 20:45 horas). “100 partidos no son un sobreentendido, pero espero que se agreguen aún algunos más. La cifra me llena de orgullo”, dice Schweinsteiger.

En efecto, pocos jugadores pertenecen a ese círculo exclusivo de los “centenarios”. La lista es encabezada por Lothar Matthäus (150). De la actual selección figuran en la lista solo tres: Miroslav Klose (130), Podolski y Philipp Lahm (101). Pronto también Schweinsteiger, a quien lesiones le complicaron un poco la carrera. En los últimos siete meses, problemas en una articulación de tobillo lo mantuvieron al margen y no pudo jugar en seis partidos de la selección.

“Mi cuerpo se siente mejor. Las lesiones pertenecen al pasado. Me alegro de volver a la selección”, dice Schweinsteiger, que no teme que su ausencia haya tenido consecuencias negativas para su papel en el equipo: “Soy miembro de la selección desde hace años, por lo que sé qué debe hacer cada uno. Intentaré demostrar nuevamente mis cualidades y asumir otra vez una función destacada.”

Lesiones y mala suerte

Mientras estuvo sano, Schweinsteiger fue integrante indiscutido de la selección, de la que es vicecapitán. Pero su cuerpo se resintió una y otra vez. En 2007, la picadura de una garrapata le causó borreliosis. Luego se agregaron lesiones en la rodilla y una fractura de clavícula. Y después el tobillo. Pero también este está curado ahora: “Luego de la operación en el verano, me llevó algún tiempo recuperarme, pero en el sexto partido luego de la intervención tuve la sensación de que el tobillo funcionaba al cien por cien.”

Ahora, Schweinsteiger quiere luchar por volver a una posición que asumió en el ínterin Philipp Lahm, el capitán del Bayern Múnich: la de mediocampista defensivo, la del número 6. Es una posición que lo catapultó a la fama internacional, en los tiempos del entrenador Louis van Gaal en el Bayern Múnich. Schweinsteiger se afirmó entonces como un estratega defensivo, que con su instintiva lectura del partido siempre da el pase ideal.

Ahora, ¿el gran triunfo?

El fracasado que erró el penal decisivo en la final de la Liga de Campeones de 2012 en el propio estadio se transformó en un brillante campeón del triplete 2013: Bundesliga, Copa y Liga de Campeones. Con esa autoconfianza vuelve ahora a la selección: “Cuando se ha vivido una temporada como esta, se aprende mucho y se sabe qué hay que hacer para lograr el éxito”.

Un título con la selección nacional, por ejemplo en Brasil 2014, sería sin duda la coronación de su excepcional carrera. “Naturalmente, mis expectativas son grandes”, dice, “y ahora debemos continuar con el proceso que comenzamos en 2004, para lograr quizás el gran triunfo”. Schweinsteiger, a menudo comparado con los campeones europeos Xavi e Iniesta, dará todo de sí para lograrlo. “Los grandes partidos se deciden hoy a menudo por detalles y es necesario tenerlo claro”, dice. Ahora puede probar que lo ha interiorizado.