Serbia tendrá que enfrentar su pasado

El diario suizo Neue Zürcher Zeitung escribe: "El presidente Boris Tadic es de los que han respaldado la aprobación de la declaración durante las últimas semanas. Sus esfuerzos reflejan no sólo el reconocimiento de la necesidad de procesar los crímenes de guerra serbios, detrás hay también pragmatismo político. La perspectiva europea se ha concretado y con ella ha aumentado también la presión de la Unión Europea. La declaración en sí no compromete en lo absoluto a la cúpula en Belgrado. Tras fuertes debates y pese a una gran oposición política, la condena de la masacre por parte del Parlamento ayuda sobre todo a mejorar la imagen del país en Occidente, aún cuando no ha sido posible capturar al general Ratko Mladic, el principal responsable de la masacre".

Hacer a un lado los "peros"

El diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung afirma por su parte: "Muchos han elogiado al Parlamento serbio por su Declaración de Srebrenica. Realmente valeroso sería sin embargo que los diputados en el nombre de Serbia, que en la región es donde más pesa, hicieran a un lado el malvado "sí, pero", que sigue dominando el debate en torno a la culpa y la penitencia (…) En vez de ello sigue dominando el balance de los cadáveres vinculado con la actitud de que los serbios fueron las principales víctimas de Slobodan Milosevic. Srebrenica fue la última y horrorosa victoria de Ratko Mladic. Los serbios no podrán digerir esta sangrienta herencia del general mientras no enfrenten su pasado, sin peros ni condiciones".

Una prueba mediocre

Por su parte el diario austríaco Der Standard, escribe: "Serbia quiere ser miembro de la Unión Europea. Por ello Belgrado, haga lo que haga en el plano de política interna, mira hacia Bruselas. Si se considera la Declaración de Srebrenica como una prueba de la manera como enfrenta Serbia su pasado entonces hay que plantearse la siguiente pregunta: ¿ha pasado Serbia la prueba? La respuesta es: sí, pero con una ventaja muy escasa, tanto como la mayoría que la aprobó en el Parlamento. La declaración aprobada gracias a pútridas tácticas poco contribuirá a que Serbia procese efectivamente su pasado. Más allá del reconocimiento verbal no hay nada. No hay un compromiso institucional para procesar de manera sistemática la historia, ninguna campaña mediática, ni tampoco una correspondiente adecuación de la formación escolar".

Editor: Enrique López