Sexo y natación en entredicho

Así respondió un juez a la demanda de una madre turca que no soporta que sus hijas, de 14 y 15 años inscritas en el noveno grado de una escuela pública de Hamburgo, en el norte de Alemania, asistan a lecciones de sexualidad.

La progenitora alega que sus adolescentes han caído en un "conflicto de conciencia" al participar en las lecciones y agrega que "bajo los preceptos del Islam, la sexualidad tiene lugar solo en el matrimonio", por lo que no hay ninguna necesidad de que sus hijas sean instruidas en la materia.

Iguales ante la ley

La sentencia judicial fue aplaudida por asociaciones islámicas turcas y alega que la tarea de enseñanza pública y el derecho de educación de los padres son equiparables en Alemania y que estos no son libres de decidir sobre el plan de estudio.

Este conflicto de causas religiosas no es exclusivo de Hamburgo, también en otros estados con presencia extranjera ha habido casos de musulmanes que han evitado a sus hijas participar en clases de deporte o biología, y no les permiten tomar parte de las excursiones escolares. En Alemania, después de las religiones cristianas, el Islam constituye la tercera comunidad religiosa, de allí la resonancia de esta sentencia judicial.

Evitar un caos

De inmediato ha habido reacciones a favor y un tanto críticas. El presidente de la comunidad turca en Alemania, Hakki Keskin, califica de correcta la decisión, ya que "sería un caos si cada uno estableciera sus reglas, sería un barril sin fondo".

"La escuela no puede ceder a deseos particulares, si se cede a islamistas, se separará en cualquier momento de las clases de natación a los niños de las niñas", manifiesta.

Un tanto crítico se manifestó el vicepresidente de la comunidad islámica en el norte de Alemania, Ahmet Yazici. "El Islam no permite la posibilidad de tener leyes paralelas. La Constitución es la ley, pero los planes de enseñanza son negociables".

Turcos en Alemania

En Alemania, viven 2,1 millones de turcos, en su mayoría en los estados industriales de Renania del Norte-Westfalia y Baden-Württemberg, además hay 250.000 ciudadanos alemanes de orígen turco.

En 1961, una oleada de trabajadores turcos llegó a Alemania procedente de Anatolia, región en el este del país, caracterizada por el subdesarrollo, la pobreza, el analfabetismo y donde predominaba la agricultura.

Estos inmigrantes huían de la crisis económica de la región y de la inestabilidad política interna entre turcos y kurdos. Su nivel educativo era muy bajo, especialmente el de las niñas, y tenían una alta tasa de natalidad y mortalidad infantil.

Integración

Cada vez aumenta el número de turcos en escuelas y universidades. Tres de cada cuatro menores de 15 años han nacido en Alemania, pero debido a que el 98% de ellos son musulmanes se producen crisis de identidad, según la revista Politik und Unterricht.

El análsis advierte que la educación de los hijos de los turcos bajo la tradición musulmana dentro de una sociedad liberal como la alemana conlleva catástrofes familiares, de desintegración y se llega a deslizar en la delincuencia.

Conservadurismo católico

Pero el problema no es exclusivo de los musulmanes. Hace dos años, una monja de Baviera (sur de Alemania) rompió ante sus alumnos lo que para ella era un escandaloso capítulo del texto de Biología.

También en el estado central de Hesse, un juez puso punto final a una polémica religiosa, ante una pareja disgustada por las lecciones sin orientación bíblica.

Una rotunda sentencia expresó que "la obligación de ir a la escuela vale para todos, también para hijos de padres conservadores religiosos".