Siria: se acerca la hora cero
3 de agosto de 2012Desde que comenzaron las protestas en Siria en contra del presidente Bashar al Assad hace un año y medio, la diplomacia de los países árabes y del resto del mundo se ha mostrado incapaz de hallar una solución política para esta pugna. En cuestión de meses, las manifestaciones pacíficas –que siguen organizándose a diario– quedaron opacadas por el enfrentamiento abierto entre las Fuerzas Armadas fieles al régimen y el Ejército Libre de Siria (ELS).
Muchos creen que las refriegas que tienen lugar en todo el país conducirán a una contienda final en Damasco, aunque la ciudad sigue estando en las brutales manos de Assad. Es allí donde se almacenan las armas de las fuerzas de seguridad del Estado; un arsenal muy bien custodiado. Pero llegar hasta el centro de la capital siria no es imposible: pequeñas unidades del ELS ya lo han conseguido en varias ocasiones.
Además, cuando Assad reprimió violentamente las protestas populares pacíficas, atizando inevitablemente la militarización de los levantamientos, los rebeldes armados siempre contaron con la simpatía de numerosos damascenos y de quienes habitan los alrededores de la ciudad. Muchos de ellos ayudaron a soldados y oficiales de las Fuerzas Armadas a desertar y unirse a los opositores.
La tranquila ciudad de Damasco
Así, la tranquila Damasco, percibida a la distancia como si le resultara ajeno lo que ocurría en otras partes del territorio sirio, se transformó en uno de los escenarios principales del conflicto. Los militares oficialistas que no desertaron terminaron convirtiendo su periferia y varios de sus barrios en zonas de guerra, decididos a borrar todo rastro de la oposición armada en esta urbe.
La hora cero no ha llegado todavía. Pero ya se ha disipado la impresión que había dado el Gobierno de Assad de estar seguro de sí mismo; las erradas reacciones del régimen alimentan las dudas y los miedos de la población. Los sirios cuentan con que cualquier cosa puede pasar, incluyendo la posibilidad de que el corazón de Damasco sea bombardeado sin contemplación alguna.
La última batalla está a la vista. El Gobierno de Assad y la comunidad internacional juegan a ganar tiempo, pero, cuando llegue el momento decisivo, el régimen sabrá lo que tiene que hacer. Y el resto de los sirios también: enterrar a sus muertos. Por su parte, los rebeldes no temerán poner en riesgo su pellejo. ¿Sabrá el resto del mundo lo que debe hacer?
El escritor sirio Fawwaz Haddad vive en Damasco. Su décima novela, “Soldados de Dios”, será publicada en alemán en 2013.
Autor: Fawwaz Haddad (ERC)
Editora: Claudia Herrera Pahl