Solingen: a 30 años de un atentado que avergüenza a Alemania
29 de mayo de 2023Donde alguna vez estuvo la casa de la familia Genç, originaria de Turquía, hoy hay cinco castaños. El 29 de mayo de 1993 murieron cinco niñas y mujeres aquí luego de que extremistas de derecha, impulsados por el odio a los extranjeros, incendiaran la vivienda.
En ese entonces, una ola de violencia derechista se había extendido por la Alemania recién reunificada. En vista del creciente número de refugiados, el Bundestag debatió acaloradamente sobre la restricción del derecho de asilo. Y en las calles el racismo derivó en violencia y a veces también asesinatos.
Que la hierba no tape los hechos
Los castaños fueron plantados allí pocos años después de los hechos, y hoy son casi tan altos como la casa incendiada. Los árboles están floreciendo. Cerca, solo cuatro escalones del sótano quedan en el lugar como recuerdo de quienes vivieron aquí. Hoy lucen cubiertos de hierba, dientes de león y helechos.
Cihat Genç no quiere que se olvide lo ocurrido. Sus hermanas Hülya y Saime figuran entre las víctimas. Tenían 9 y 4 años de edad. Junto a ellas murieron Gürsün İnce, Hatice Genç y Gülistan Öztürk. El joven de 26 años afirma que para combatir el racismo es importante no olvidar a las víctimas. "Todos debemos involucrarnos y hacer nuestra parte", dice.
"Tan poco odio como sea posible"
Los responsables del ataque cumplieron hace mucho tiempo sus penas de 10 a 15 años de prisión. Ahora, a poco del 30 aniversario, tres de ellos salen a la luz pública para manifestar su inocencia. En un comunicado al que accedió DW, uno de ellos afirma: "Me gustaría decirles una vez más a los familiares de las víctimas de este terrible crimen que nosotros tres no matamos a sus parientes".
Cihat Genç prefiere no comentar ese mensaje. ¿Odia a los condenados por el incendio? "Quiero que al menos sufran tanto como mis padres", responde. "Pero no siento odio porque me lo prohíbe mi religión. Yo intento sentir tan poco odio como sea posible".
Un lugar para un mensaje de paz
Cihat Genç se alegra de que Solingen ponga el nombre de su abuela Mevlüde Genç a una plaza, con motivo del 30 aniversario. Un día después del ataque en el que perdió a dos hijas, dos nietas y una sobrina, hizo un llamado a la reconciliación. Se convirtió en una embajadora de la paz respetada en todo el mundo e hizo campañas por la coexistencia de las culturas hasta su muerte, en 2022.
La futura plaza Mevlüde Genç queda un poco oculta entre una calle principal y edificios residenciales. "Como familia queríamos en realidad que una calle llevara el nombre de mi abuela", dice Cihat, quien adelanta que seguirán trabajando para lograr ese objetivo.
"Pertenecemos a esta sociedad"
En el centro educacional Spitze, Rasim Çetin ofrece tutorías a escolares. La mayoría de sus alumnos vienen de familias inmigrantes. Çetin también dirige la Iniciativa Ciudadana Alternativa, que forma parte del ayuntamiento y está comprometida principalmente con las preocupaciones de los residentes con antecedentes migratorios, que son cerca de un tercio de los 160.000 habitantes de esta ciudad.
"Pertenecemos a esta sociedad", dice Çetin a DW. A él le complace que este 29 de mayo, con motivo del 30 aniversario de los crímenes, lleguen a Solingen ministros y el presidente de Alemania. "Pero acá ha habido desde hace 30 años una conmemoración cada 29 de mayo y al día siguiente se vuelve a olvidar lo que pasó”.
161 muertes desde Solingen
Desde el ataque en Solingen el número de muertes por la violencia ultraderechista ha seguido creciendo. La Fundación Amadeu Antonio afirma que 161 personas han sido asesinadas por ultraderechistas. Hubo un incremento bastante notorio en los años 2015-2016, cuando el racismo y la xenofobia se volvieron más violentos a medida que aumentaba el número de refugiados.
Erkan Sarikaya nació en Solingen como parte de una familia inmigrante. A él le alegra que desde 1993 la ciudad, a diferencia de otras zonas de Alemania, ha sido bastante pacífica en términos de violencia xenófoba. Y espera que algún día su ciudad natal sea reconocida solo por los cuchillos que se fabrican allí y no por el incendio criminal con el que muchas personas asocian a la urbe cuando escuchan la palabra "Solingen".
(dz/rr)