Steinmeier en América Latina: gesto de amistad
6 de mayo de 2006
En la capital austríaca se espera la llegada de unos 60 mandatarios de los países de la Unión Europea y de América Latina y el Caribe. La tónica del encuentro que se avecina ya fue formulada por el ministro del Exterior alemán. "Las amistades hay que cultivarlas". Las cifras de crecimiento económico, de 4 y 5% anual durante los últimos años hablan por sí solas del potencial de una región que cuenta con un mercado de 550 millones de habitantes. Que posee ricos yacimientos naturales y de hidrocarburos. Sin embargo lo que no revelan las cifras es la brecha social que sigue ganando terreno en el subcontinente del otro lado del Atlántico.
La visita del jefe diplomático, una semana antes de la Cumbre de Viena, tuvo por objeto darse una impresión propia de una región que Europa y Alemania ha descuidado, pero no olvidado, según palabras de Steinmeier. "Desde miles de kilómetros de distancia no se puede emitir una opinión sobre el desarrollo de la región durante los últimos años", explicó. Tanto en Santiago de Chile, Buenos Aires o Brasilia, estaciones del recorrido de cinco días del ministro, se percibió con que euforia ramas industriales europeas se lanzaron en una competencia voraz por el floreciente mercado en Asia. Tan sólo el volumen del intercambio comercial con China, de un valor cifrado en unos 50.000 millones de euros al año, es tres veces superior al intercambio conjunto con Brasil, Argentina y Chile, actualmente de 15.000 millones de euros anuales.
Mercosur y la Unión Europea
A eso se suma los lentos avances, no sin razones, de las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur, el bloque integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. El Mercosur reclama desde hace mucho un acceso a los mercados agrícolas europeos y una justa eliminación de sus subsidios en esta área, que impiden un comercio equitativo entre ambas regiones. Hasta ahora los europeos se han resistido a capa y espada. El periplo sudamericano de Steinmeier coincidió con la sorpresiva decisión del presidente boliviano, Evo Morales, de nacionalizar los hidrocarburos. La medida provocó malestar entre sus vecinos y países de las empresas afectadas, pero también incertidumbre en las capitales europeas.
Por lo pronto la medida modificó la agenda de Steinmeier en Brasilia donde tenía previsto reunirse con el presidente Luiz Inacio Lula da Silva. Lula tan sólo lo saludó. El mandatario brasileño acudió a un encuentro con sus homólogos de Argentina, Venezuela y Bolivia, para discutir la nacionalización boliviana. Fue por lo menos un paso de distensión. Lula anunció que su homólogo boliviano le garantizó que no habría desabasto energético y que Brasil y Bolivia buscarán una solución negociada. "Bolivia necesita ayuda y no arrogancia", subrayó Lula.
Socios ejemplares
Brasil y Chile son para Alemania socios modelo en donde Berlín estrechará su relación bilateral. En Santiago, el diplomático ofreció destinar 53 millones de euros para el desarrollo conjunto de tecnologías energéticas renovables. El país andino al igual que Alemania, es vulnerable por su dependencia de hidrocarburos lo que obliga a buscar alternativas.
En el sur profundo del continente Steinmeier se ha pertrechado de nuevos argumentos de cara a la cumbre de Viena. Más allá de un impulso a las negociaciones entre la UE y Mercosur para un acuerdo de libre mercado no se esperan acuerdos espectaculares. Aún así todos los asistentes coinciden en que será una reunión clave. La diversa comunidad de naciones al sur del Río Grande busca una "tercera vía" que le permita crecer económicamente con mayor equidad. La visita de Steinmeier es una señal a favor de un acercamiento entre dos grandes grupos de naciones que comparten históricamente valores comunes.