Sueño americano truncado al norte de Colombia
27 de julio de 2016Persiguen el sueño americano, pero llevan días de parada obligada en la localidad de Turbo, al noroeste de Colombia, cerca de la frontera con Panamá. Los todavía insalvables 170 kilómetros que separan Cuba de EE.UU. los llevan a emprender un recorrido de miles de kilómetros por varios países latinoamericanos hasta llegar a su destino final. En Estados Unidos aún los aguarda un estatus especial como migrantes por el hecho de ser cubanos. Sin embargo, el reciente deshielo entre Cuba y EE.UU. podría conducir a que los isleños dejen de disfrutar ese estatus en un futuro próximo.
Temerosos de ello, muchos se apresuran a emprender viaje hacia Ecuador, Brasil o Venezuela, desde donde cruzan la frontera con Colombia y se dirigen hacia la localidad de Turbo, en el noroeste del país, con la esperanza de poder avanzar por Panamá y Centroamérica hasta México y, de ahí, llegar hasta su objetivo final. Sin embargo, desde el pasado 9 de mayo, el Gobierno de Panamá bloqueó su frontera con el fin de evitar la inmigración ilegal. Desde entonces, los cubanos siguen llegando a Turbo, pero no pueden seguir su camino y se hacinan en una bodega privada, convertida en improvisado albergue, en condiciones muy precarias.
No habrá avión hasta México
“Somos conscientes de la situación de estas personas, pero también tenemos un marco legal que cumplir”, dice a Deutsche Welle Christian Krüger, director de Colombia Migración, el más alto organismo migratorio del país. Una reciente carta de los jerarcas de la iglesia colombiana alertaba recientemente de las condiciones humanitarias de los cubanos allí varados: “Los jerarcas de la iglesia están preocupados por temas de salud y de seguridad, y claramente solicitan una intervención en este caso particular”, continúa Krüger, “pero no podemos acceder a la petición de los migrantes irregulares de que les pongamos un avión que los lleve a México, cerca de la frontera con Estados Unidos, por tres razones: primero, porque México nos ha manifestado por escrito que esos vuelos no los va a permitir en su país. Segundo, porque de acuerdo con nuestra normativa penal, seríamos partícipes del tráfico de migrantes, y tercero, porque nos llenaríamos de personas en tránsito que esperan en países vecinos”, argumenta.
Según Krüger, la solución es la deportación, o bien a Cuba, o bien a los países por los que ingresaron a Colombia. “Nosotros no somos la causa de esta situación. Nosotros no somos el país de destino, somos un país de tránsito”, prosigue. “Nosotros nos estamos viendo afectados por algunas políticas migratorias que tienen los países de destino y algunos países vecinos nuestros. Colombia busca soluciones con todos ellos.”
Emergencia en Turbo
Mientras, el alcalde de Turbo, Alejandro Abuchar, declaró la situación como “emergencia pública”. Abuchar asegura que habría hasta cuatro mil migrantes allí varados, en su mayoría cubanos, aunque también hay haitianos, africanos y asiáticos, y denuncia que no tiene apoyo del Gobierno y que la situación está “fuera de control”. Actualmente, la localidad elabora un censo para tratar de acercarse a la cifra real de personas, entre las que hay niños y mujeres embarazadas. La Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) en Colombia aseguró a Deutsche Welle que “ACNUR monitorea la situación” y que “continuará observando con atención con el fin de poder brindar su apoyo si hay personas que requieran protección internacional”.
Krüger, por su parte, asegura que Migración Colombia está “esperando que la autoridad competente nos dé autorización para ingresar en la bodega donde se encuentran los migrantes, que es propiedad privada, para adelantar en el procedimiento de deportación de las personas”. Y anima a los cubanos a acercarse a Migración Colombia para comenzar los procesos de deportación correspondientes, asegurando que unas 250 personas ya lo han hecho. El problema es que ello implicaría renunciar al sueño que han perseguido tras miles de kilómetros de recorrido.