Superbacterias mortales
2 de mayo de 2014En el hospital de la Universidad de Ginebra, el infectólogo Benedikt Huttner se encuentra a menudo con pacientes infectados por bacterias multirresistentes contra las cuales ya ningún antibiótico resulta efectivo. “Las bacterias de resistencia extrema que vemos aquí afectan a pacientes que ya estuvieron en alguna estación de cuidados intensivos, a menudo en otro país, y que han sido trasladados hasta aquí“, relata.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió en un informe dado a conocer esta semana que la expansión de superbacterias mortales, que evaden incluso a los antibióticos más potentes, se presenta en el mundo entero. Las infecciones causadas por dichas bacterias tienen el potencial para afectar a cualquier persona de cualquier edad, en cualquier país del orbe. “Los hospitales en numerosas regiones del mundo reportan infecciones que o no se pueden curar, o son muy difíciles de tratar“, afirma el director general de seguridad sanitaria de la OMS, Keiji Fukuda.
Un problema recurrente
El reporte de la OMS ya era esperado desde hace tiempo y ha sido recibido positivamente no sólo por Benedikt Huttner, que trabaja en un hospital bien equipado. También la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) mostró satisfacción ante el llamado de la OMS.
“Se trata de un problema recurrente a diario en nuestras misiones en todo el mundo", explica Jennifer Cohn, que dirige la campaña de acceso a medicamentos en MSF. La experta señala que las bacterias resistentes a antibióticos afectan a niños que sufren de desnutrición en Niger, o a pacientes con heridas en Jordania. “Adonde quiera que miremos encontramos distintos tipos de bacterias que han desarrollado una resistencia a los antibióticos“, dice Cohn.
En su primer reporte global sobre resistencia a los antibióticos, que incluye datos de 114 países, la OMS señaló que las superbacterias capaces de evadir incluso a los fármacos más potentes –una clase llamada cabapenémicos- han sido halladas ahora en todas las regiones del planeta.
Excesivo uso de antibióticos
La resistencia a los medicamentos es provocada por un excesivo uso de los antibióticos, que alienta a las bacterias a desarrollar nuevas formas de superarlos. “Se prescribe en exceso, no sólo en las personas sino también en animales“. Por ello se encuentran presentes desde el plato, hasta los cultivos y el agua. Eso da a las bacterias la posibilidad de crear resistencias y lo hacen más rápido de lo que la industria farmacéutica tarda en sacar al mercado nuevos antibióticos.
Las medidas para evitar infecciones son simples. “Hay vacunas que reducen las posibilidades de contraer una infección. Otra medida en la lucha contra infecciones es lavarse las manos a menudo“, afirma Keiji Fukuda.
Sin medicamentos efectivos la amenaza de infecciones sanguíneas, de los pulmones, de infección sexual o simples infecciones estomacales podrían convertirse en mortales. A quienes afecta inicialmente es a personas débiles y vulnerables. Eso lo confirma Benedikt Huttner, que recuerda el caso de un paciente griego que se infectó durante una operación en su país y fue trasladado a Suiza. "Tenía un tumor cerebral y fue operado por eso. Se infectó de una bacteria que no reaccionaba ante ningún medicamento".
Las consecuencias serán devastadoras
En la década de los ochenta, cuando se introdujeron los antibióticos, la resistencia era prácticamente nula, pero en la actualidad, hay países en donde los medicamentos no funcionan en más de la mitad de los pacientes. "A menos de que tomemos medidas importantes para mejorar los esfuerzos a fin de prevenir infecciones, y además cambiemos la manera como fabricamos, recetamos y usamos los antibióticos, las consecuencias serán devastadoras", advierte Fukuda.
Según la OMS, tan sólo en Europa mueren 25.000 personas al año como consecuencia de la multirresistencia de bacterias. En muchos países no hay información disponible porque las autoridades no la consideran como una amenaza a la salud. Una de las superbacterias más conocidas, la MRSA, causa alrededor de 19.000 muertes por año en Estados Unidos y una cantidad similar en Europa, muchas más de las que provoca el VIH y el sida. El reporte de la OMS es una advertencia sobre la peligrosidad de estas bacterias, y la dimensión del fenómeno en general.