Teatro Cuvilliés: fantasía rococó en Múnich
17 de junio de 2008El Teatro Cuvilliés es el recinto más importante en estilo arquitectónico rococó en toda Alemania y se ubica en la ciudad de Múnich. Sus orígenes se remontan a la destrucción, causada por un incendio, de otro teatro ubicado en el mismo sitio.
El siniestro ocurrió entre el 4 y el 5 de marzo de 1750; más tarde, el 9 de julio de ese mismo año, se colocó la primera piedra del nuevo teatro, cuya construcción fue encargada al afamado Francois de Cuvilliés (hijo) y a Karl Albert Lespilliez.
Un teatro para todos
La inauguración se llevó a cabo el 12 de octubre de 1753, con la ópera Catone in Unica, de Giovanni Battista Ferrandini, compositor italiano y protegido de los Duques de Baviera. El 29 de enero de 1781, el teatro se vistió de especial gala para el estreno de Idomeneo, original de Wolfgang Amadeus Mozart.
En 1795 se otorgó acceso a todos los ciudadanos de Múnich al Teatro Cuvelliés. Pero esto no significó que los nobles y poderosos dejaran de visitarlo. El propio emperador Napoleón Bonaparte se apersonó allí en 1806, con motivo de la elevación de Baviera a la categoría de reino. En esa oportunidad se presentaron dos óperas: Das unterbrochene Opferfest, de Peter Winter, y Don Giovanni, de Mozart. Bonaparte presenció un acto de cada función.
¿Restauración definitiva?
El edificio fue totalmente destruido durante la Segunda Guerra Mundial. Pero a principios de 1944, los funcionarios de la ciudad desmontaron las estructuras de madera del Teatro Cuvelliés, las cuales fueron instaladas de nuevo entre 1956 y 1958.
El edificio fue sometido de nuevo a restauración entre 2004 y 2008, y fue reinaugurado justo al cumplirse 850 años de la fundación de Múnich. Otra ópera de Mozart sonó en el Cuvelliés, el pasado 14 de junio: precisamente el Idomeneo.
La decoración del teatro se despliega en impresionantes y bellos tonos de blanco, rojo y dorado. Atlantes y Cariátidas adornan la sala principal, concebida para recibir a la aristocracia muniquesa.
"Un potpurrí de estilos"
En las paredes y balcones del recinto figuran motivos marítimos que ahora han vuelto a brillar en dorado esplendor; de ahí que el Cuvelliés de Múnich sea uno de los teatros más propicios para la representación del Idomeneo (que lleva como personaje al Rey Neptuno).
La restauración del edificio, incluida la tramoya, costó 24, 5 millones de euros. "Nuestra meta era que cada época del teatro fuera visible, sin olvidarnos de la modernidad", dijo el director del proyecto de restauración, Mathias Pfeil, al diario Die Welt. "Conseguimos un potpourrí de estilos, desde los largos pasillos de entrada en el ala oeste, que evocan el renacimiento tardío, hasta culminar con el más puro rococó en la sala principal".
La compañía de teatro de Baviera será, por el momento, la que saque mayor provecho a este restaurado monumento arquitectónico. Se calcula que la agrupación ofrecerá ahí cerca de 100 funciones por año. Pero además, se ha formado un comité encargado de administrar el uso del Cuvelliés, con el reto de conservarlo y a la vez asegurarle ingresos.