Terremoto en México: el otro 19 de septiembre
Un poderoso terremoto sacudió la ciudad de México este martes, causando pánico entre los 20 millones de habitantes de la megalópolis en el 32 aniversario de un devastador terremoto de 1985.
El reto de la oscuridad
La oscuridad es uno de los factores más adversos para quienes llevan a cabo labores de rescate en México. Por eso, las noches son especialmente largas y la búsqueda de sobrevivientes, doblemente ardua. Por si fuera poco, condiciones como la lluvia que se desató este jueves en la capital mexicana también son un factor que complica los intentos de rescate.
Soldados al rescate
A medida que pasan los días, elementos del ejército, la marina y la policía de México toman bajo su cargo las labores de rescate, a la par de los ciudadanos voluntarios. Cada mano, civil o militar, es una ayuda invaluable ante la necesidad de remover escombros para rescatar a víctimas del terremoto.
Jojutla en ruinas
Jojutla se localiza en Morelos, el estado donde fue el epicentro del terremoto. Por ello, la devastación fue particularmente intensa. Decenas de personas murieron y gran parte de las viviendas de Jojutla resultaron con daños severos a raíz del movimiento telúrico de magnitud 71.
Visita presidencial
Jojutla, en el estado de Morelos, es una de las localidades más afectadas por el terremoto del pasado 19 de septiembre. El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, visitó la zona y habló con habitantes de Jojutla. La ayuda, se le hizo saber al mandatario, ha fluido con lentitud a esa zona devastada de México.
Otro estado afectado
En Puebla también se registraron daños graves y muertes por el terremoto. En la iglesia de Atzala, 11 miembros de una familia fallecieron al desplomarse el templo en el que celebraban un bautizo. Solo sobrevivieron el padre de la familia, el sacerdote y el monaguillo.
Rescatistas agotados
Entre tanto, el agotamiento hace presa de los rescatistas que durante dos días han participado en labores de salvamento. Algunos duermen en albergues puestos a su disposición por ciudadanos solidarios. Otros no tienen tanta suerte, y duermen simplemente donde pueden.
Ayuda organizada
La ayuda que no está organizada pronto puede transformarse en una desventaja para las labores de rescate. Por eso, los cuerpos de rescatistas tratan como pueden de dar forma y cauce a la inagotable voluntad de ayuda de miles de mexicanos que quieren colaborar en el rescate o en otras labores de asistencia.
Recuerdo y realidad
Según cifras oficiales, en el sismo del 19 de septiembre de 1985 murieron 10.000 personas. El terremoto del martes pasado ha dejado hasta el momento un saldo que ronda los 250 muertos. Pero más allá de los números, el movimiento telúrico más reciente ocurrido en México causa tristeza y consternación.
Tragedia en escuela
El caso que más ha impactado al mundo hasta el momento, en cuanto al terremoto del pasado martes, es el de la Escuela Enrique Rebsamen. A la hora del temblor, el plantel estaba lleno de niños que se encontraban en clases. El desplome de una de las alas de la escuela causó estupor, y más cuando se confirmó lo que muchos temían: decenas de personas, incluidos niños y niñas, murieron.
"Topos" al rescate
Los "topos" son un cuerpo de rescate que se hizo famoso tras los sismos de septiembre de 1985. Son necesarios 32 años más tarde, en la misma fecha, ante otro devastador sismo. Incansables y ayudados por ciudadanos, los "topos" luchan por sacar a sobrevivientes de los escombros.
Experiencia crucial
La experiencia de los "topos" es fundamental. Aquí, uno de sus elementos recuerda a la multitud que es necesario el silencio para poder escuchar posibles llamados de auxilio desde los escombros.
Ciudadanos se organizan
A través de las redes sociales, ciudadanos y autoridades coordinan los esfuerzos de rescate y asistencia. Son necesarios herramientas y diversos materiales, pero también sitios de descanso y víveres para los agotados rescatistas.
Grandes daños
Rescatistas y voluntarios buscan en un edificio que se derrumbó en el centro de la Ciudad de México. Un poderoso terremoto de la magnitud de 7,1 sacudió el martes 19 de septiembre el centro de México, causando que los edificios se agitaran en la capital en el aniversario de un terremoto de 1985 que causó grandes daños.
Confusión y pánico
La gente se reúne en una calle después del terremoto en la Ciudad de México, capital de México. El temblor generó numerosas escenas de pánico en la capital del país solo dos horas después de que la ciudadanía saliera a las calles en un simulacro conmemorativo del terremoto de 1985.
Numerosos cortes en el servicio eléctrico
Una excavadora remueve escombros de un edificio parcialmente derrumbado después del terremoto. El movimiento, que sacudió la capital mexicana, también causó numerosos cortes en el servicio eléctrico, fugas de gas e interrumpió el servicio de telefonía, así como el del Metro.
Coches sepultados por escombros
Un automóvil sepultado por escombros de un edificio dañado después del terremoto que sacudió a Ciudad de México y otras partes del país.
Voluntarios y trabajadores de rescate
La gente retira los escombros de un edificio que se derrumbó después del terremoto. El sismo derrumbó al menos una decena de edificios en distintas zonas de la Ciudad de México como las colonias Condesa, Del Valle, Narvarte, Centro, Coyoacán y Xochimilco, entre otras.
Epicentro cercano
Gente parada en otro edificio que se derrumbó. Esta vez el sismo se sintió con más fuerza que el registrado el 7 de septiembre, de magnitud de 8,2 en la escala de Richter, dado que el epicentro fue más cercano.