Tiempo y arte: una amistad inquebrantable
El ahora, el pasado y el futuro son una inquietud recurrente. Su representación siempre provoca infinidad de sensaciones. Aquí una revisión de algunas miradas sobre el tiempo en la literatura, la pintura y el cine.
Lucha contra los ladrones del tiempo
Michael Ende escribió "Momo" en 1973, un libro infantil inolvidable sobre la cuestión del tiempo. "El tiempo es dinero", es el lema de los "caballeros grises" de la "Zeitsparkasse" (una especie de banco del tiempo). Roban el tiempo de la gente. El resultado: ya no tienen tiempo y se les olvida cómo vivir en el aquí y el ahora. Pero luego la pequeña Momo se enfrenta a estos ladrones.
Esperando ... sí, ¿qué exactamente?
"¡Vamos!" -"No podemos". -"¿Por qué no?" -"Estamos esperando a Godot". -"¡Ah!" Este diálogo resume la obra más famosa del premio Nobel irlandés Samuel Beckett. Los dos vagabundos Tarragon y Vladimir pasan su tiempo sin "nada" que hacer y esperando a una persona llamada Godot, quien ni siquiera saben si existe.
La obra maestra "atemporal" de Dalí
"La persistencia de la memoria", de 1931, es una de las obras más famosas de Salvador Dalí. Sobre el pequeño óleo, el artista surrealista posicionó cuatro relojes de bolsillo disolviéndose en el paisaje catalán. Uno de los relojes está siendo devorado por hormigas, un símbolo de lo transitorio. En otro hay una mosca, como símbolo del paso del tiempo.
Nadie puede detener el tiempo
Vanitas fue un movimiento de inspiración importante en el arte, la literatura, el teatro y la música de la época barroca que resaltó la vacuidad de la vida y la importancia de la muerte. Un tulipán marchito, un calavera y un reloj de arena se utilizan a menudo como símbolo, como en el cuadro "Vanitas, alegoría de la fugacidad con calavera y reloj de arena", de Philippe de Champaigne.
El tiempo en el cine
En las películas, el tiempo se convierte en un elemento de juego flexible: se recopila o simplemente se salta el paso normal y se pueden contar historias completas en "flashbacks". Uno de los ejemplos más conocidos de esta técnica es el clásico "Ciudadano Kane" de Orson Welles (1941), que describe la vida del magnate ficticio de periódicos Charles Foster Kane en "flashbacks".
Hitchcock también experimentó con el tiempo
Una de las pocas películas en las que el tiempo narrado (el marco temporal de la trama) corresponde al tiempo narrativo (la duración de la película) es "La soga" (o "Rope") de Alfred Hitchcock (1948). La obra íntima basada en una pieza de teatro sobre un asesinato y la fiesta posterior conserva la unidad de tiempo y lugar, y da la impresión de que fue rodada en una sola toma.
El tiempo corre
En "Corre, Lola, corre", el director alemán Tom Tykwer cuenta una historia en tres episodios. El curso de acción se modifica fundamentalmente mediante pequeños cambios. La película es un campo único de experimentación sobre el tema del tiempo: los cambios de ritmo contrastan con la percepción habitual del tiempo por parte del público, así el tiempo se detiene, se acorta y se alarga.