¿Timoshenko? No más, gracias
23 de febrero de 2014Un Mercedes Clase-S negro se detiene, la vantanilla trasera derecha abierta: dentro, Julia Timoshenko. La ex primer ministro y líder de la oposición desde que dejó el cargo disfruta de sus primeras horas de libertad tras dos años y medio de prisión. “¿Se va a olvidar de los que han hecho posible esta revolución?”, le pregunta un hombre con cierto tono amenazante en la voz. “No voy a olvidarlos, eso es lo más importante para mí”, responde Timoshenko rápidamente, agitando las manos. Sorprendida.
Los hombres que detienen el convoy que lleva a Timoshenko y al líder parlamentario de su partido, Arseni Yatsenyuk, se cuentan entre las “autodefensas” de Maidan. No me gusta cómo ambos políticos están siendo aupados al poder, dice un hombre.
Viejas acusaciones de corrupción
La escena, que tuvo lugar la noche del sábado en Kiev, es sintomática de la actitud hacia la otrora poderosa líder de la oposición. En su primera aparición en la Plaza de la Independencia (Maidan Nezalezhnosti) de la capital, la política, de 53 años, anunció su aspiración a la presidencia. Las elecciones presidenciales anticipadas están previstas para el 25 de mayo. Pero el entusiasmo de miles de personas parecía desarrollarse al margen de la aparición de Timoshenko.
El periodista Serhiy Leshchenko se indigna: “Julia, ya es suficiente”. El caso contra Timoshenko tuvo motivos políticos, escribe el columnista estrella del periódico digital Ukrainska Pravda en su blog. Pero no le toca ahora gobernar. El nuevo jefe del Estado debe ser una persona contra la que no quepan sospechas de corrupción, dice Leshchenko. Se refiere sobre todo a su pasado como directora del millonario monopolio del gas en Ucrania durante la década de los noventa. “De Maidan han surgido miles de líderes que no gobernarían peor que Timoshenko”, escribe el periodista. Esa ha sido su victoria.
La mano derecha de Timoshenko, el nuevo presidente interino
Cada vez es más fácil oír opiniones similares: “Estimada Julia Timoshenko, no nos hemos estado manifestando en la plaza Maidan por usted y por su diputado Alexander Turchinov”, escribió un activista en Facebook. “Y no es por usted por lo que ha muerto la gente en las barricadas”. En su opinión, Timoshenko debería dejarse tratar su enfermedad en Alemania, como había planeado, y olvidarse de la presidencia de Ucrania.
Por otra parte, Turchinov fue nombrado hoy (23/02/2014) como presidente del país. Previamente, se había convertido en el presidente del Parlamento que le ha elegido. Con estos dos cargos en sus manos, Turchinov, considerado la mano derecha de Timoshenko, se convierte en el hombre más poderoso del Estado.
No más abanderados
El regreso de Timoshenko a la política supone montones de potenciales conflictos, opinan multitud de observadores en Kiev. Las fotos de la mujer, con su inconfundible trenza en forma de corona, eran una constante desde que empezaron las protestas en el Maidan. Pero la demanda de su libertad nunca estuvo en un primer plano. Ni el polémico juicio en su contra ni su condena en el otoño de 2011, mucho antes de la movilización de las masas. Solo unos pocos cientos de partidarios se manifestaron por ella. Parecía como si Occidente estuviera más preocupado por el destino de Timoshenko que sus propios compatriotas.
Muchos ucranianos culpan a Timoshenko del fracaso de la Revolución Naranja en 2004, cuando ella era una de sus mascarones de proa. Tampoco olvidan que quiso pactar con Yanukovich en el Parlamento para reformar la Constitución en 2009. No se hizo porque él ya había decidido sustituirla.
Potencial conflicto con Klitschko
La disputa también se cierne entre Timoshenko y Vitali Klitschko. La relación entre los dos políticos opositores ha sido tensa durante años. Cuando Klitschko quería convertirse en alcalde de Kiev en 2008, ella le negó su apoyo y envió a su lugarteniente Turchinov a la carrera electoral. Ambos perdieron. Los dos, Timoshenko y Klitschko, tienen ambiciones presidenciales y han anunciado sus candidaturas. Aunque no hay encuestas actuales, las últimas disponibles dan una leve ventaja a Klitschko en términos de confianza. A diferencia de ella, que estaba en la cárcel, él ha estado involucrado en las barricadas y ha tratado de evitar el derramamiento de sangre. Ahora es probable que se sienta excluido.
Timoshenko matiza, relativiza, sus pretensiones de poder. “No es el momento” para la cuestión presidencial, citan de sus palabras los medios de comunicación ucranianos. Pero sería demasiado pronto para descartarla. Ella es el político más experimentado de la oposición. Y con el mayor talento retórico. Los observadores asumen que lo va a utilizar para tratar de alcanzar el poder.