"Todavía no sabemos todo sobre el Holocausto"
27 de enero de 2013Juliane Wetzel investiga desde hace muchos años las diferentes manifestaciones del antisemitismo y del extremismo de derecha en Alemania y en el mundo. Trabaja en el Centro para la Investigación del Antisemitismo de la Universidad Tecnológica de Berlín, y es coordinadora independiente de un círculo de expertos que informa regularmente al Parlamento alemán acerca del antisemitismo en Alemania.
DW: Hace 68 años que los horrores del nazismo pasaron a formar parte de la historia. ¿Se ha investigado lo suficiente? ¿Se sabe ya todo lo que hay que saber sobre el Holocausto?
Juliane Wetzel: No, por supuesto que no se sabe todo sobre el Holocausto. Hay una serie de áreas que todavía no han sido investigadas en su totalidad. Eso tiene que ver con que, en parte, los archivos se abrieron recientemente. Un ejemplo que está ligado también al símbolo de Auschwitz: siempre se parte de que la mayoría de los judíos murieron en campos de concentración, pero eso no es así. Cerca de dos millones de judíos fueron asesinados durante las ejecuciones masivas en territorio de la ex Unión Soviética [luego del asalto de la Wehrmacht a la Unión Soviética, en junio de 1941, y de la consiguiente ocupación de partes de la Unión Soviética, N. de la R]. Eso sucedió antes de que se pusieran en funcionamiento los campos de concentración. Hay organizaciones que comienzan recién ahora a recabar datos, y esos son todavía puntos ciegos en la historia del Holocausto.
Pero las preguntas que se plantean hoy son seguramente distintas a las del pasado.
La investigación de los años anteriores planteó la siguiente cuestión: ¿Qué sabían los alemanes sobre los asesinatos masivos de judíos? ¿Qué sabían del Holocausto? Durante mucho tiempo se presumió que los alemanes no podían saber nada sobre eso, ya que los lugares en donde se realizaban las masacres eran tan lejanos que no podían enterarse. Y se negaba la difusión de rumores e informaciones a través de la correspondencia de los soldados. Las publicaciones más recientes demuestran otra cosa, es decir, que la gente sabía mucho, aunque mucho de lo que sabía era inexacto. Pero si uno quería, podía hacerse un cuadro de la situación.
No solo las preguntas son distintas, sino también el tratamiento del tema del Holocausto. ¿Cómo transmitir esos conocimientos a las nuevas generaciones? Muchos jóvenes piensan que saben todo sobre el Holocausto, pero, de hecho, su conocimiento se basa en una o dos películas que vieron. En realidad, no se han ocupado del asunto ni se han confrontado con él en profundidad. La “Educación sobre el Holocausto”, una expresión que se ha introducido en la sociedad, ha cambiado mucho. Durante los años 70 y 80, la enseñanza estaba dominada en especial por la “pedagogía de la consternación”. A los jóvenes se les colocaba un gran peso sobre las espaldas con el que apenas podían cargar, y que no tenían por qué llevar consigo. Eso condujo seguramente, en muchos casos, a que reaccionaran sintiendo que estaban hartos del tema. Actualmente, lo más importante es que no se transmita el conocimiento sobre el Holocausto como una carga moral, sino con las características del aprendizaje histórico. Esa es la base, y es allí donde todavía –o una vez más- falta, en muchos sentidos, una visión diferente.
Hay que discutir con los alumnos sobre cuestiones como por ejemplo: ¿qué sabía la gente? ¿Qué se podía saber? ¿Cuán fuertes eran los mecanismos de negación de los hechos después de 1945, y cuán claramente dominó la historia de la República Federal de Alemania? Es decir, que la cuestión no se puede terminar en 1945, sino que tenemos que tomar conciencia de la importancia de la elaboración del Holocausto también en las decisiones políticas actuales.
En un informe reciente del equipo independiente de Expertos sobre Antisemitismo en el Parlamento alemán, usted enumera las diferentes formas de expresión que ha tomado el antisemitismo hoy. ¿Cómo se manifiesta actualmente el antisemitismo?
Por un lado, tenemos el llamado “antisemitismo secundario”, para el cual también se utiliza la fórmula “antisemitismo por Auschwitz”, un concepto que describe diversos fenómenos que surgen de la necesidad de negar la culpa. A él pertenece la manifestación de que una parte de la culpa de la persecución de los judíos la tenían ellos mismos, y la afirmación de que la elaboración y la memoria del Holocausto sirven a fines financieros. Esas son exactamente las formas en que se reprime la conciencia del Holocausto para no enfrentarse con sentimientos de culpa o vergüenza, y, sobre todo, con la responsabilidad, ya que se culpa a los judíos de que siempre ponen de relieve su rol como víctimas para obtener ventajas. Este fenómeno es dominante en la historia de EE. UU. y también en la de política alemana. Esas insinuaciones salen una y otra vez en sus diversas facetas a la superficie.
Otra de las expresiones actuales del antisemitismo es el antisemitismo ligado al Estado de Israel, y se produce cuando se transgreden los límites en la crítica –absolutamente legítima- a la política israelí o al proceder del Ejército israelí en la Franja de Gaza, lo cual no es ningún tabú. Ese es el caso cuando, por ejemplo, se compara la política israelí con lo sucedido en el Holocausto, diciendo: “Los israelíes hacen con los palestinos lo mismo que los alemanes hicieron con los judíos”. Entonces, lo que se hace es invertir los roles de los victimarios y las víctimas: las antiguas víctimas son transformadas en victimarios. Esas son las dos formas en las que predomina el antisemitismo en Alemania.
¿Cómo ve su responsabilidad en cuanto a combatir las formas actuales de antisemitismo en la política, en la sociedad civil y en cada individuo?
Se produce un juego entre la política, la sociedad y, en especial, las instituciones educativas. La política puede emitirseñales claras y posicionarse en contra de cualquier tipo de antisemitismo, y encomendó a la Comisión de Expertos recabar datos. Esos fundamentos se deben poner en práctica en la política educacional, no solo en cuanto a educación histórico-politica. Los materiales que elaboramos en el Centro para la Investigación sobre el Antisemitismo tienen que apuntar también a las manifestaciones actuales de ese fenómeno, ya que la mayoría de la gente percibe el antisemitismo solo cuando se refiere al antisemitismo durante el régimen nazi, pero no cuando se trata de sus manifestaciones actuales.
Entrevista: Birgit Görtz (CP)
Editora: Emilia Rojas-Sasse