¿Todo relativo?
20 de abril de 2005A finales del siglo XIX se sabía que la luz está formada por ondas. Todas las otras ondas conocidas dependían de un medio para propagarse como, por ejemplo, el aire o el agua. Por tanto, se suponía que también la luz dependía de un medio, llamado el “éter de luz”. Se pensaba que todos los cuerpos, incluso la Tierra, se desplazaban a una velocidad relativa al éter.
La velocidad de la luz
Se constató que el “éter de luz” no existe, pero el resultado importante para Einstein fue que la velocidad de la luz es constante, y constituye el límite de toda velocidad (299.792 kilómetros por segundo = 1.079.251.200 kilómetros por hora). Einstein fue el primero en interpretar este hecho de gran alcance: espacio y tiempo pierden su significado absoluto, y dependen el uno del otro. El tiempo pasa cada vez más lentamente al aumentar la velocidad. Por su carácter relativizado se la llamó “Teoría Especial de la Relatividad”.
Para comprenderla mejor, he aquí un ejemplo:
Una persona viaja en un tren, mientras una segunda permanece inmóvil. Los dos miden el tiempo. Suponemos que la persona en el tren viaja a una velocidad del 98% de la luz. En el reloj estático el viaje tarda un segundo; en el tren pasan cinco segundos. Este fenómeno que nos parece paradójico se llama Dilatación del Tiempo y muestra que la simultaneidad es relativa.
La fórmula famosa
Otro componente muy importante de la “Teoría Especial de la Relatividad” es la famosa relación entre masa y energía, la cual se expresa como:
E= mc2
E=energía; m= masa; c= velocidad de la luz
Masa y energía son equivalentes y proporcionales entre sí, lo que significa que cada forma de energía está vinculada con la masa y viceversa. La velocidad de la luz es la constante de proporcionalidad que nunca cambia.
El milagro de la física
Einstein resolvió con su teoría la división entre espacio y tiempo. Así, se puede hablar de un “espacio-tiempo” que tiene características cuatridimensionales, al contrario del espacio, que es tridimensional. Asimismo, esto significa que de la masa se puede crear energía, y viceversa, o sea que de la nada se puede crear materia. Lo que es difícil de entender para el hombre promedio es hoy rutina en la física. Albert Einstein rompió con la física tradicional para abrir las puertas a invenciones que marcaron el siglo XX.