"Tolerar el islam no es aceptar el extremismo"
5 de junio de 2017DW: La primera ministra británica, Theresa May, indicó que "hay mucha tolerancia con el extremismo” en el Reino unido. ¿Qué quiere decir con eso?
Dwayne Ryan Menezes: Por varias razones, la tolerancia hacia las diferentes religiones, que en principio es buena, ha llegado a significar la adaptación y la aceptación pasiva de los extremos ideológicos, algo que no debería ser así. La tolerancia hacia extremistas religiosos es contraproducente, no sólo para el fomento de la diversidad en la sociedad, sino también para las comunidades donde existe una lucha entre diferentes facciones por la interpretación correcta de su religión.
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Ignorar la propagación de mensajes antioccidentales, la homofobia, la opresión hacia las mujeres o los sermones de instituciones religiosas que incitan a la violencia tiene graves consecuencias, implica empoderar ese tipo de perspectivas. Después de todo, los extremistas y terroristas no son entes aislados. Emergen de un entorno social en el que están integrados, físico o virtual, donde pueden conseguir apoyo moral, financiero y logístico. Operan en lo que el sociólogo Stefan Malthaner describe como el "entorno radical”.
Según May, "cobrar conciencia" de que los Gobiernos británicos han tolerado mucho tiempo el extremismo conducirá, según ella, a "debates vergonzosos”. ¿Por qué? ¿Qué es lo que se debatirá y quiénes serán los interlocutores de esa discusión?
Durante mucho tiempo, hemos tenido miedo de llamar a una espada lo que es: una espada. Es comprensible no querer culpar a una religión por los actos que algunos lleven a cabo en su nombre, ya que no queremos parecer o ser acusados de ser xenófobos or racistas, ni incitar estos sentimientos de "islamofobia” hacia las minorías de nuestra comunidad. Por ello siempre tenemos muchísimo cuidado al ligar los términos "islámista” y "terrorismo” cada vez que ocurre un atentado.
Nuestro miedo de parecer intolerantes o racistas hacia las religiones nos ha llevado a tolerar los extremismos dentro de ellas, y como nación debemos decir que "ya basta” de eso. El debate "incómodo" y "vergonzoso" trata de ello. El gran problema es la ideología política islamista y, para abordar el tema, debemos entender que el conflicto no es contra el islam sino dentro del islam. Tenemos que hablar sobre esto para poder dar mejor apoyo a aquellos musulmanes que no forman parte del extremismo.
Pero ese debate no será suficiente, la primera ministra tendrá que tomar decisiones difíciles y poco populares para implementar cambios. ¿Se lo puede permitir May políticamente?
Como ya dije anteriormente, hay que analizar no solo las causas y consecuencias de la radicalización, sino también los procesos que conducen a ella. Debemos ampliar nuestra investigación para observar no solo a los individuos radicalizados, sino también a su "entorno radical”, el ambiente social que facilita la radicalización. Solo si ampliamos nuestra comprensión de esos procesos haremos avances para frenar las fuerzas que amenazan y destruyen nuestra paz. Necesitamos un liderazgo que sea capaz de abordar esos problemas y resolverlos, no solo que trate de apaciguar. Estoy convencido de que May posee esta habilidad mucho más que su oponente, Jeremy Corbyn.
Los nexos que mantienen EE.UU. y Europa con Arabia Saudí, que, según los expertos, promueven el extremismo islámico en el occidente y en países musulmanes, hacen superficial y vacío el debate sobre los intentos de combatir el extremismo. ¿Es hora de que los países se replantéen sus relaciones con Riad?
Por su puesto, pero ese es un tema complicado. Por un lado, la estabilidad de Arabia Saudí es fundamental para la estabilidad de toda la región. De este modo, los países de Occidente no tienen opción y deben mantener los lazos con el país árabe. Sin embargo, esto no significa que se deba aceptar todo lo que hagan. Si criticamos a países aliados, como EE.UU., ¿cómo no lo vamos a hacer también con Arabia Saudí? Por ejemplo, ¿tenemos la certeza de que la intervención saudí en el Yemen no esta resultando en más inestabilidad en aquel país? ¿Cómo podemos combatir de forma efectiva el terrorismo en Europa sin abordar sus fuentes ideológicas y financieras? Supongo que el concepto del "entorno radical” también se extiende a los Estados. Si hay países que promueven ambientes que alimentan el extremismo, ¿no debiera haber una política transnacional que los enfrente?
Shamil Shams (JCG/MS)