Orden de detención contra Gadafi
27 de junio de 2011Publicidad
Este lunes (27.6.2011), la Corte Penal Internacional (CPI) con sede en La Haya dictó una orden de detención contra el líder libio Muamar el Gadafi, su hijo Saif al Islam y su cuñado, el jefe del servicio secreto, Abdulá al Senussi. A los tres se les imputan crímenes contra la humanidad que van desde la organización de violaciones en masa y otras formas de tortura para intimidar a la población hasta la instrumentalización del Ejército para ajusticiar a cientos de manifestantes desarmados durante las revueltas que han tenido lugar en Libia.
¿Quién le pondrá el cascabel al gato?
El argentino Luis Moreno Ocampo, fiscal jefe del tribunal, presentó una acusación de más de setenta páginas el 16 de mayo basándose en más de 1.200 documentos y más de cincuenta entrevistas con testigos presenciales. A su juicio, Gadafi, su hijo de 39 años y su cuñado de 69 cargan sobre sus hombros la responsabilidad penal por los crímenes cometidos tras ordenar la represión de la rebelión de la población libia. La orden de detención en cuestión compromete a las autoridades de los 116 países que suscribieron el Estatuto de Roma a arrestarlos si llegaran a circular por sus respectivas jurisprudencias.
Eso deja en manos de la OTAN y de los aliados internacionales que llevan a cabo la operación militar contra el régimen libio una ingrata y muy delicada tarea: ¿cómo y quién se atreverá a lanzar una eventual ofensiva para lograr las detenciones en Libia amparada por la Resolución 1973 de la ONU? Mientras tanto, la Alta Representante de Política Exterior y Seguridad Común (PESC) de la Unión Europea, Catherine Ashton, ha dado varios pasos en dirección a un futuro reconocimiento pleno por parte del bloque del Consejo Libio de Transición, que aglutina a la oposición a Gadafi.
La salida negociada al conflicto libio se dificulta
Sin embargo, algunos diplomáticos en La Haya estiman que las órdenes de detención reducirán al mínimo la posibilidad de una salida negociada al conflicto libio, alegando que ahora Gadafi no estará dispuesto a abandonar el país; el hecho de que se le busque internacionalmente como a un presunto criminal de guerra reduce considerablemente el número de países que podrían darle asilo. Además, aunque Moreno Ocampo insiste en que no tenía otra opción que perseguir judicialmente a Gadafi, todo apunta a que la orden de captura sólo tendrá efecto si los rebeldes logran derrocar al líder libio.
Gadafi tiene numerosas propiedades y buenos contactos en Uganda, pero ese país también colabora con la CPI. Sudán, vecino de Libia, es una de las pocas opciones que le quedan: hace ya tres años que la CPI acusó de genocidio al presidente sudanés, Omar Hasan Ahmad al Bashir, y dictó una orden de detención en su contra, pero al-Bashir sigue detentando el poder en ese país africano. Gadafi es el segundo jefe de Estado en ejercicio en ser objeto de una orden de captura emitida por la CPI.
Autor: Daniel Scheschkewitz / Evan Romero-Castillo / dpa
Editor: José Ospina-Valencia
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