Turquía quiere abrirse al mundo en Feria del Libro de Fráncfort
15 de octubre de 2008"Fascinante y colorista". Bajo este lema se presenta Turquía como invitada de honor de la Feria del Libro de Fráncfort, que este miércoles ha abierto sus puertas para el público especializado. Los no profesionales del sector editorial tendrán la oportunidad de visitar el certamen durante el fin de semana. Cuando el domingo cierre sus puertas, cerca de 300.000 personas habrán desfilado por los más de 7.000 expositores para conocer de primera mano alguno de los más de 400.000 títulos presentes.
Son las grandes cifras de la que es la mayor feria editorial del mundo y, por ende, vitrina codiciada no sólo por autores y editoriales, sino también por las culturas que en cada edición tienen el privilegio de erigirse en protagonistas de excepción. En el caso de Turquía, no se trata solamente de dar a conocer la realidad literaria del país. La cita también -o, cabría decir, especialmente- debe suponer un espaldarazo para las aspiraciones del propio país de reivindicar ante el mundo el carácter moderno y abierto de su sociedad.
Turquía en Alemania, esa vieja desconocida
Turquía y su cultura no deberían ser precisamente algo nuevo en Alemania, donde residen alrededor de 2,5 millones de personas con raíces turcas. Sin embargo, una de las principales metas de la presencia turca en la Feria del Libro de Fráncfort es darse a conocer en el país de acogida de miles de sus compatriotas. Para ello, se han programado alrededor de 250 acontecimientos culturales a lo largo y ancho de toda Alemania -lecturas, conciertos, danza, teatro, exposiciones,...-.
Paralelamente, el programa literario de Turquía como invitada de honor contempla la presencia de alrededor de 350 autores y traductores en Fráncfort, además de un centenar de editoriales. Entre las presencias más destacadas, la del Premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk, pero también otros escritores de relieve internacional, como Murathan Mungan o Celil Oker. No faltarán tampoco nuevos talentos de la literatura turca.
Una invitada que no huye de la polémica
Como extraordinaria caja de resonancia que es, la presencia de la cultura turca en la Feria del Libro es también plataforma para aquellos que denuncian la persecución de autores y periodistas, así como la existencia de censura en el país. Así se manifestó el propio Pamuk este martes durante la inauguración del certamen. Y lo hizo en presencia del presidente turco, Abdullah Gül. También ante el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, quien reclamó "un cambio de mentalidad" respecto a la libertad de expresión en Turquía.
Sea como sea, el programa literario de la invitada de honor de la Feria no huye de los temas más candentes y ha previsto debates como "Libertad de Opinión: experiencias del sector editorial", "El Islam y Turquía, ¿hay diferencias?" o "Modernización de Turquía - ¿Qué aspecto tiene?".
Algunos escritores turcos han optado por no participar en el evento, ya que aseguran que el actual gobierno del primer ministro Recep Erdogan "pretende alejar a Turquía del camino que ha recorrido en busca de la modernidad", en palabras de la escritora y crítica literaria Füsun Akatli. Otros, como Ahmet Ümit, sí que estarán presentes con la carga de crítica que sea necesaria. "Explicaré nuestro país con todos sus defectos y virtudes", afirma.
El negocio también es objetivo
Para el sector editorial turco, por supuesto, la presencia en Fráncfort es también una gran oportunidad para expandirse. La industria editorial mueve en aquel país alrededor de 800 millones de euros anuales, pero para crecer aún más debe afrontar con éxito su gran reto: conseguir que los autores turcos sean traducidos a cuantos más idiomas mejor. Y no sólo los escritores de éxito, también las nuevas voces de la literatura turca que pueden ofrecer un salto cualitativo a la hora de dar a conocer al exterior la realidad del país.
También a la caza de nuevos negocios se lanzarán el resto de presentes en la edición de este año de la Feria del Libro. Porque no sólo de Turquía puede vivir el certamen, un centenar de países están representados y cerca de 1.000 autores se pasearán por los más de 170.000 metros cuadrados del recinto. Como telón de fondo, la crisis financiera internacional. Sea o no como consecuencia de ello, lo cierto es que la facturación cayó un 3,1 por ciento en los nueve primeros meses del año.
Como gran esperanza, el sector suspira por el futuro del libro electrónico. De momento, los libros "clásicos" pierden terreno a pasos de gigante -sólo representarán el 42 por ciento de los títulos exhibidos durante el salón-. El resto se repartirá entre grabaciones de audio y video, historietas y programas informáticos educativos. Dentro de una década, en 2018 según los expertos, el libro digital habrá ganado totalmente la batalla.