La población local de la costa tunecina vive principalmente de la pesca, aunque es cada vez más difícil. Según un estudio de la Comisión Europea, en los últimos 50 años el Mediterráneo ha perdido el 34 por ciento de sus peces. Uno de los motivos es la pesca de arrastre, en la que capturan especies en peligro por accidente. Con métodos más sostenibles, las poblaciones deberían recuperarse.