Un sí al diálogo UE-Cuba
10 de febrero de 2014En Bruselas, el Consejo de ministros europeos de Relaciones Exteriores ha aprobado este lunes (10.02.2014) iniciar las negociaciones para un acuerdo de cooperación con Cuba.
“Tengo confianza en que estas negociaciones aportarán a consolidar nuestro compromiso con Cuba. Espero que Cuba acepte nuestra oferta, de tal manera que pronto podamos avanzar hacia una relación más fuerte. Esto no significa que cambiemos nuestra política. En la medida en que queremos apoyar las reformas y la modernización en Cuba, hemos expresado siempre nuestra preocupación por los derechos humanos. Espero que Cuba haga lo necesario de su parte, especialmente en derechos humanos. El ritmo de nuestras negociaciones lo reflejará”, declaró Catherine Ashton, la Alta Representante de la política exterior europea.
Dieciocho años después de que la UE decidiera adoptar la posición común que condicionaba todo acuerdo a avances en materia de derechos humanos, este primer paso hacia un acuerdo de cooperación -ni de asociación, ni de libre comercio- abre un canal formal de intercambio y diálogo político entre La Habana y Bruselas. Un horizonte temporal claro para el término de las negociaciones, por lo pronto, no existe.
Ensayado inmovilismo
En cuanto a que verdaderamente se llegue a un acuerdo y que esto cambie algo en la situación cubana, Luis Yáñez Barnuevo, eurodiputado español que ha acompañado por muchos años la evolución de las relaciones con la isla, dijo a DW: “Soy más bien escéptico. No porque Europa no lo haya intentado, ahora vuelve a intentarlo. Soy escéptico de que esto vaya a cambiar el ya clásico y por 50 años ensayado inmovilismo cubano. Con Raúl Castro hubo cambio de discurso, pero poco más. Me temo que ese proyecto de diálogo se prolongue y no dé resultados. No veo la razón por la cual Cuba vaya a salir de su autobloqueo”.
Por otra parte, “la posición común, que se impuso en la época más dura del presidente Aznar, que nunca supo cómo enfrentar la relación con Cuba, no ha servido para nada”, agrega Yañez.
Con todo, “es prematuro hablar de un acuerdo, apenas abrimos un diálogo que probablemente va a ser muy largo, lleno de malentendidos; de pronto habrá graves violaciones a los derechos humanos, graves retrocesos... El acuerdo es el objetivo final. Pero lo que pasa es que Europa no puede hacer una excepción con Cuba y seguirá hablando de los derechos humanos como lo hace con todos. Y no creo que la cúpula cubana vaya a ceder en ese terreno”, concluye.
Relaciones más racionales
“¿Por qué tenemos acuerdos con Kazajstán y con Uzbekistán y no hemos de tener un acuerdo con Cuba?”, dice a DW María Muñiz de Urquiza, eurodiputada española y miembro de la delegación de la asamblea parlamentaria Eurolat. “Finalmente se ha vuelto a la racionalidad para normalizar las relaciones con Cuba. Es el único país de América Latina, de todo el Caribe y prácticamente de todo el mundo con el que la UE no tiene de algún tipo de acuerdo », indica.
En su opinión, el hecho de buscar un acuerdo formal significa, de hecho, dejar sin efecto la posición común, “pues ésta impedía a la UE tener unas relaciones bilaterales y acordadas de manera recíproca". Pero aclara: "Que la UE no tuviera relaciones con Cuba no quería decir que el resto de los países miembros no las tuviera”.
Para Muñiz, del bloque socialista, lo más importante de este paso es que se establezcan cauces de diálogo. “Y poder hablar con Cuba de todos los temas que interesan a la UE: comerciales, de turismo, de cooperación económica, de intercambios empresariales. Y que haya diálogo político, algo que la UE establece en todos sus acuerdos con terceros países, respeten o no respeten los derechos humanos”
Diálogo recíproco
En cuanto a que el posible acuerdo de cooperación y diálogo político aporte a una mejora en la situación de los derechos humanos en Cuba, Willy Meier, eurodiputado del bloque de la Izquierda Unitaria,señaló: “A mí me gustaría que el diálogo fuera recíproco. Y que en ese diálogo recíproco Cuba nos explicara, por ejemplo, cómo hace no solamente para resolver el tema de la salud sino para exportar medicina a África y dar enseñanza gratuita para formar a nuevos jóvenes médicos de otros países que no tienen posibilidades”.
Como fuere, concluye Meier, “ya era hora. Lo celebro, porque la UE dejará de hacer el ridículo. Porque siendo Cuba miembro de la CELAC y ejerciendo la presidencia protempore, la UE no puede seguir teniendo un discurso que no tiene nada que ver con la realidad de América Latina y el Caribe”.