¿Al unísono contra las drogas y el narcotráfico?
24 de enero de 2013La lucha contra las drogas es uno de los terrenos de colaboración más fructíferos entre la Unión Europea y el Perú, señalaba el ministro peruano de Exteriores, Rafael Roncagliolo, a Catherine Ashton, la jefa de la diplomacia europea, pocos días antes de que se den cita en Santiago los jefes de Estado y de Gobierno de la UE y la CELAC. En ese marco se revisarán los logros alcanzados por el ambicioso Mecanismo de Coordinación y Cooperación en materia de drogas, cuya primera versión nació en 1999 y comprende la reducción de oferta, reducción de demanda, cooperación judicial y aduanera, combate del tráfico ilícito de armas relacionado con las drogas, lavado de activos, legislación en materia de drogas y fortalecimiento institucional. Revitalizar el principio de "responsabilidad común y compartida" e incrementar la cooperación en el combate de nuevas rutas de la cocaína es uno de los temas de la agenda.
En el marco de la cooperación, ”se trata de generar en conjunto respuestas públicas adecuadas para minimizar los impactos del fenómeno: mortalidad prematura, la pérdida de calidad de vida, el impacto sanitario en consumidores, los aspectos sociales, el blanqueo de capitales. El tema es complejo y como tal, las respuestas son multisectoriales.”, afirma Teresa Salvador Llivina, directora de la Entidad de Coordinación y Ejecución de Copolad.
Este consorcio, que nació como producto de la cumbre de Madrid, coordina las agencias nacionales y los observatorios de drogas en los diferentes países. Está planeado hasta el 2014 y se encarga de la capacitación para la reducción de la oferta y la demanda.
En un momento en que la UE redefine la cooperación con América Latina, a la seguridad y el combate contra el narcotráfico se canalizarán buena parte de los fondos en forma de proyectos regionales. Así, según informa a DW Europaid, la UE tiene la intención de continuar con el programa Copolad. También en el control del tráfico ilicito por vía marítima coopera la UE con los socios latinoamericanos; en el rubro de reemplazo de cultivos ilícitos, tanto a nivel europeo como bilateral, son millonarios los fondos invertidos.
¿Respuestas inadecuadas?
Pero mientras todos estos esfuerzos y fondos se emplean en una lucha sin cuartel, el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) revela en su informe anual de 2012 que las incautaciones de cocaína en Europa alcanzaron un máximo de 120 toneladas y que las rutas de las drogas –sobre todo cocaína proveniente de América Latina- han cambiado de puertas para entrar a Europa: ya no es España sino a través de puertos en Letonia y Lituania.
Colombia, Perú y Bolivia están entre los mayores productores de cocaína del mundo, México y Paraguay, entre los mayores de marihuana; la producción de Argentina, Brasil y Uruguay va al alza. Desde Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Surinam y Venezuela salen, por vía marítima los cargamentos hacia Europa con destino final Bélgica, Alemania, Francia, Italia, Países Bajos y Reino Unido, informa Europol.
Replantearse el tema
Como fuere, al parecer crece cada vez más el consenso de que, a pesar de todos los esfuerzos y los programas de cooperación, la “guerra contra las drogas” no está funcionando. Ya en la Cumbre de las Américas y en la Cumbre Iberoamericana quedó claro el llamado a un replanteamiento del tema.
¿A este respecto qué cabe esperar del encuentro entre mandatarios europeos y latinoamericanos? Según fuentes europeas, “la seguridad ciudadana” sería un capítulo que se agregaría al plan de acción que modula la interacción entre ambos bloques.
“De la declaración de las cumbres cabe sobre todo esperar el impulso que luego se debe traducir en el desarrollo de políticas”, apunta Salvador Llivina.
Con todo, más que Europa, “son sobre todo los países de América Latina los que están revisando el tema, pues son ellos quienes “en las últimas tres y cuatro décadas han invertido enormemente en esfuerzos, en recursos, en vidas humanas”, afirma la especialista europea, añadiendo que la expectativa está puesta en el informe de la OEA que se espera para la primavera de 2014.
Autora: Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas